30 jul 2009

Plan de evacuación del patrimonio documental en bibliotecas

Por: Juan José Prieto Gutiérrez

Última modificación: 2009-07-21
Resumen

Resumen:

En caso de que la biblioteca sufra un desastre, originado por cualquier índole natural o de conflicto, que afecte a los documentos bibliográficos depositados en su interior, la evacuación de los mismos es clave para la preservación de patrimonio cultural. Los pasos a seguir ante estas situaciones es clave para conseguir el salvamento y recuperación del material. Gracias a la colaboración y cooperación de diversos organismos y entidades de ámbito internacional el acceso a los medios documentales y técnicos alcanza profundos grados y resultados.



Palabras clave: Bibliotecas, evacuación, emergencias, seguridad, catástrofes.


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El libro infinito


AVANZA LA "TINTA DIGITAL"

Los libros electrónicos impulsan un cambio y una extinción: la de la tinta y el papel como soporte primordial del conocimiento humano.


Aplaudidos por los fundamentalistas digitales, los libros electrónicos avanzan e impulsan un cambio y una extinción: incitan el desarrollo de un nuevo tipo de lectura y la desaparición de la tinta y el papel como soporte primordial del conocimiento humano.


Por: Federico Kukso



Las tecnologías tienen más conexiones con la biología de lo que se cree. No respiran pero se reproducen y expanden. No están vivas pero mutan, alteran su forma en el andar de su existencia. Lo que hoy son mañana dejan de serlo. Eso sí: sin teleologías, sin flechas del tiempo, sin determinismos. Sólo hay que mirar alrededor, cerrar los ojos y recordar cómo eran hace dos, cinco, diez años esos objetos inertes –pero funcionales– tan naturalizados que cuesta imaginar el espacio de la privacidad sin ellos: los televisores, las radios, las computadoras, las heladeras, los celulares y muchos más etcéteras de hoy son distintos –pero no tanto– de los de ayer y anteayer.

Los libros también. Parecerá extraño pero desde hace tiempo que se cuelan en la categoría de objetos tecnológicos pese a su consistencia orgánica y no magnética: no devoran electricidad ni reluchen enchufes; el silicio no es su principal elemento químico ni hay que llevarlos al service de la esquina en caso de dejar de funcionar simplemente porque no se averían.

Y aun así entran de lleno en la categoría de artefactos, los más importantes de la civilización humana. Son el núcleo alrededor del cual orbitan las principales religiones: el cristianismo tiene la Biblia, el judaísmo la Torá, el islamismo el Corán. Además de refugios de la memoria, son máquinas-dispositivos-interfaces que hace más de siete mil años, en sus diversas formas, reconfiguran el pensamiento humano, las bases profundas de su aprehensión espacio-temporal.

Sin embargo, pareciera que tal impacto y centralidad en la cultura global no fuera suficiente. El libro, tal como lo conocemos, parece condenado a morir, a desaparecer como los pterodáctilos, los gliptodontes, el pájaro Dodo. Como se lee: parece, al menos en los discursos extincionistas fogoneados por evangelistas tecnológicos –sepultureros digitales– que hinchan por y desde las pantallas.

Los gurús de internet son plenamente politeístas. Su dios principal es el ebook Kindle, de la megatienda virtual de Amazon.com, secundado por deidades menores como el Reader de Sony, el holandés iLiad, el Papyre, el CyBook, y siguen los nombres.

Aunque el papel y la tinta resisten, mientras el mundo desde hace años espera que algo suceda (pero no sucede).

LA BIBLIOTECA TOTAL. Hace unos años, Kevin Kelly –escritor y voraz curioso estadounidense– hizo uno cálculo imposible y arrojó, fiel a su costumbre, una predicción. “Desde los días de las tableta sumerias de arcilla hasta hoy –dijo–, los humanos han publicado unos 32 millones de libros, 750 millones de artículos y ensayos, 25 millones de canciones, 500 millones de imágenes, 500 mil películas, 3 millones de videos y shows de TV y 100 mil millones de páginas web públicas. Todo este material está actualmente contenido en todas las bibliotecas y archivos del mundo. Cuando todo esto haya sido digitalizado, la cultura humana estará comprimida en discos de 50 petabytes”.

El pronóstico del fundador de la revista Wired se inspiraba y nacía de un deseo milenario que tuvo su breve concreción en la biblioteca de Alejandría, construida en el 300 a.C.: condensar en un solo lugar todo el conocimiento, pasado y presente. La explosiva irrupción de la web y su arma letal –los buscadores, la verdadera revolución– reflotaron ese anhelo coleccionista y acaparador.

Los años pasaron, ciertas esperanzas se evaporaron y otras tomaron nuevos rumbos: pese a la multiplicación astronómica de textos linkeados en un trayecto de lectura infinito, pese a los esfuerzos muchas veces repetidos y las descargas compulsivas, quedó demostrado que la lectura electrónica –el consumo textual en la pantalla– no era ni es equiparable con la lectura tradicional.

Ni siquiera son procesos iguales en términos neurofisiológicos: la lectura en la pantalla es una actividad complicada básicamente porque intervienen ambos hemisferios cerebrales. Leer un texto impreso sobre papel, en cambio, involucra principalmente al hemisferio izquierdo. Como describe el mediólogo Robert Logan en El fin de los medios masivos: el comienzo de un debate (Ed. La Crujía), no importa la resolución del monitor o del gadget: leer un libro en una pantalla implica que, primero, el hemisferio derecho convierta en el cerebro píxeles en letras y que luego el hemisferio izquierdo convierta las letras en palabras, oraciones, significados.

De ahí la breve retención de lo visto en el monitor, su intrascendencia y su incipiente impacto emocional. Hasta que la pantalla tuvo descendencia: los lectores de ebooks abrazaron la movilidad pero no el apego fetichista e irracional despertado por aquellos millones de átomos que, engarzados, conforman letras, oraciones, párrafos, capítulos, páginas, en fin, libros de papel.

LA PRÓXIMA MIGRACIÓN. Los intentos fueron muchos pero fue en 2007 cuando nació el principal competidor, el heredero para los digitalistas: la tableta tecnosumeria de Amazon.com, el Kindle, que vino a sumar un nuevo desceso a las muertes ya anunciadas pero no del todo cumplidas: el fin de los grandes relatos (Jean-François Lyotard), el fin de la historia (Francis Fukuyama), el fin del trabajo (Jeremy Rifkin), el fin de la ciencia (John Horgan).

La tan anunciada revolución –la “proxima migración”– es tan poderosa que, curiosamente, no se ha desparramado por el mundo. El Kindle, por ahora, es un iPod de lectura estadounidense y para estadounidenses que tibiamente se hace ver en subtes y colectivos del país del norte pese a sus constricciones: además de caro –su precio ronda de 300 dólares para arriba–, es un dispositivo cerrado e individualista; no se le puede “meter” un PDF ni compartir los ebooks comprados.

Su genialidad radica en su veta acaparodora y portable: la factibilidad de que se convierta en aquella tan buscada biblioteca total que ansiaba Kelly; poder contener y transportar en un solo rectángulo todo el saber humano. Por eso, los ebooks son tan atractivos: apelan al afán coleccionista moderno, el mandato de acumular y descargar todo lo posible –revistas, música, videos, películas– aunque no haya garantía cierta de que tales producciones sean leídas, escuchadas, vistas.

Con la misma retórica de los infomerciales, en la web abundan los ensayos adulatorios que aplauden el Kindle y pronostican terremotos culturales –la aparición de la lectura y escritura colectiva, libros comentados y “wikiconstruidos”– aunque prescinden de la pregunta principal: ¿Los libros electrónicos son libros?

EL FAHRENHEIT DIGITAL. Aquellos que se resisten a abandonar el papel y se niegan a ver y asistir a funerales editoriales recurren al argumento romántico, afectivo y fetichista. Piensan en los libros impresos como medios pero sobre todo como objetos: les gusta cómo huelen, los tranquiliza su tacto y saben que sus tapas y páginas exhiben la historia de una apropiación; aquello que Walter Benjamin denominó “el aura del libro”. Y los defienden como el mejor hardware e interfaz incapaz de quedarse sin baterías o romperse un minuto antes de llegar a la última palabra.

No hay que ser Ray Bradbury para mirar tanto frensí tecnológico alrededor del Kindle con cierta duda. Hace unos días, los usuarios del popular ebook salieron encolerizados a protestar contra la tienda de Jeff Bezos por un hecho nada menor: de un día para otro, Amazon borró vía WiFi sin ningún tipo de permiso o aviso las novelas Animal Farm y 1984 de George Orwell de todos sus Kindles. Amazon se disculpó pero la quema de libros se había consumado: en hogeras de bits.

En términos de Zygmunt Bauman, los lectores de ebooks serían simplemente libros líquidos, libros infinitos de letra gris, borrosa y adaptable a la vista, sin numeración en páginas, capaces de ahorrar espacio en estanterías.

Tal vez la migración sea inminente y los libros táctiles y atómicos desaparezcan en 10 o 20 años como lo hicieron las enciclopedias y manuales tradicionales. Quizá no y en vez de cancelarse mutuamente libros de papel y libros electrónicos convivan potenciando la costumbre humana e inagotable de buscar saber siempre, saber más.

LA MUTACIÓN DE LAS INTERFACES

1) TABLILLAS DE ARCILLA. Por los análisis de carbono 14 se sabe ahora que las civilizaciones sumeria, mesopotámica, hitita y minoica comenzaron a usar tablillas de arcilla en el año 5500 a. C. La aparición de la escritura (cuneiforme) separó las aguas: la prehistoria de la historia. Se trataba de un procedimiento muy gourmet: se solía escribir en tablillas de arcilla blanda de alrededor de 10 centímetros, utilizando un palo fino o estileto. Cuando la arcilla se secaba, era cocida en hornos para que quedara firme. La técnica se expandió tanto que la escritura cuneiforme predominó en casi toda Asia en el tercer milenio a.C. . Gracias a excavaciones arqueológicas modernas efectuadas en los asentamientos sumerios, como Eridú, Kish, Uruk, Lagash y Ur, se pudieron recolectar casi medio millón de documentos, entre ellos registros de transacciones; listas de reyes y relatos literarios y religiosos.

2) PAPIRO. Los rollos de papiro –o volumina– le aportaron liviandad al acto de registrar todo por escrito. Se hacían con los juncos del delta del río Nilo y llevaban una etiqueta con el nombre del autor. El rollo más largo que se conoce es de 40 metros y se encuentra en el Museo Británico de Londres. Si bien el rollo de papiro más antiguo que se conoce es del 2400 a. C., se cree que los rollos fueron producidos en serie mucho tiempo atrás. A partir del siglo III a. C. , el calamus –una caña rígida y afilada– empezó a usarse como instrumento de impresión. La tinta utilizada, por su parte, estaba compuesta de hollín o carbón vegetal, mezclado con agua y goma de gran calidad, lo cual queda demostrado ya que los textos perduraron miles de años.

3) PERGAMINO. Se dice que fue inventado por Eumenes III, rey de Pérgamo, y que su producción acomenzó en el siglo III a. C. Gracias al material con el que estaban hechos –cordero, vaca, asno, gacela, antílope–, podían ser mejor conservados y permitía una acción clave: borrar y reescribir el texto. A los romanos mucho no les gustaba el blanco y acostumbraban a teñir los pergaminos de amarillo o rojo. Los pergaminos se escribían en ambos lados y se volvieron en la Edad Media tan costosos que en muchos monasterios acostumbraban a rascar o lavar el texto anterior y reemplazarlo por uno nuevo; estos escritos son conocidos como palimpsestos.

4) CÓDICES. Los códices reemplazaron a los pergaminos alrededor del siglo III e imperaron durante toda la Edad Media. Sus hojas eran cosidas y su nueva disposición permitía que los textos fueran leídos con mayor facilidad. Sus grandes guardianes y productores fueron los monjes que en el scriptorium copiaban cada volúmen a mano. Los códices, sin embargo, no fueron soportes exclusivamente centrados en temas europeos. Están, por ejemplo, los códices mayas, libros escritos antes de la conquista, que muestran algunos rasgos de dicha civilización. El papel inventado por los mayas, conocido como “huun”, era superior en textura, durabilidad y plasticidad en relación con el papiro egipcio.

5) IMPRENTA. Más que un cambio de formato, la imprenta del herrero alemán Johannes Gutenberg (siglo XV) –que recicló métodos chinos– implicó una multiplicación exponencial y una expansión mundial del saber. La escritura, finalmente, sustituyó en gran medida a la transmisión oral de las tradiciones y conocimientos. Recién a finales del siglo XVII, apareció el punto y aparte y la división en párrafos y capítulos. La genialidad de Gutenberg no estuvo en la elaboración de una máquina sino en los tipos móviles: en lugar de usar tablillas de madera, que se desgastaban con el poco uso, confeccionó moldes en madera de cada una de las letras del alfabeto y luego rellenó los moldes con hierro. Su primera tirada fueron 150 Biblias.

27 jul 2009

Internet abarcará todo



Autor: Antonio Moreno Fecha: 25/07/2009

Esa es una de las frases de Julián Gallo, uno de los bloggers más influyentes de habla hispana, además del fundador de la tirada on-line del diario argentino Clarín: "Internet será la televisión y será el cine y será las bibliotecas". Como bien se puede entender, la trayectoria de la red de redes apunta hacia ese rumbo y Gallo hace hincapié en ello. Desde RTVE nos muestran una completa entrevista al periodista que opina sobre el vídeo en Internet y sus implicaciones frente al resto de medios.


Julián Gallo es un reconocido e influyente internauta, se considera como "consultor de medios interactivos" y es una de las personas más leídas de habla hispana en el planeta. RTVE ha hecho una entrevista al mismo en la que deja clara su opinión de que Internet será la televisión, el cine y también las bibliotecas del futuro. Veamos unas pequeñas pinceladas de la entrevista en cuestión.

Gallo comenta que el futuro de la televisión, lo que se podría denominar televisión 2.0, irá profundamente ligada a Internet. De momento no se conoce en qué manera o hasta qué punto, pero hay opciones como son contenidos pasivos como la televisión tradicional en la que el televidente puede tan sólo observar el contenido emitido y también habrá contenidos interactivos. En este punto se abren muchas posibilidades, puesto que los contenidos interactivos podrían ser tanto elegir las cámaras o distintas opciones durante las retransmisiones como también conseguir más información a través de Internet de lo que estemos viendo en ese momento.


En cuanto al futuro del cine, de juegos, de información, archivo, bibliotecas..., confirma que todo pasará por Internet. Es una manera global de comunicación y a día de hoy podemos tenerlo en la palma de nuestra mano con los avanzados terminales móviles que existen. Sin duda la comodidad y sencillez de uso harán que los modelos de negocio actuales se adapten a la nueva tecnología.


Fuente: http://muycomputer.com/Actualidad/Noticias/Internet-abarcara-todo/_wE9ERk2XxDBzFoCZkdurHIWWwyrJf-1Nt5LRqsbXDeQhnNlmKmodkH41e5F

25 jul 2009

Guía para estimular la lectura en los niños


Guía para estimular la lectura en los niños

La lectura enriquece profundamente el alma de un niño. Un buen libro no sólo hace crecer al hijo y lo engrandece, si no que su espíritu vuela con él. Entonces, ¿Cómo aficionar a un hijo a la lectura? ¿Qué libros son los apropiados… y cuáles no?

La infancia es el punto de partida para esa carrera sin fin que es la lectura: la afición lectora nace entre los 8 y los 11 años. La familia cumple un rol básico en ese despertar, y en el cultivo posterior de ese hábito lector.

El hogar es el lugar privilegiado para despertar en el niño su interés por la lectura. Pero así como éste puede morir por falta de estímulo y ejemplo -padres que no leen o que no llevan libros a la casa-, también puede ahogarse por exceso de cuidado: constantes correcciones e interrogaciones sobre la lectura, órdenes como ¡apaga la tele, y anda a leer un rato!, o dar a leer algo inapropiado para la edad, sexo y circunstancias.

“Es una lástima -escribió Winston Churchill- leer un libro demasiado pronto en la vida. La primera impresión es la que cuenta y, si ella es ligera, acaso sea todo lo que pueda esperarse de esa lectura”.

Para no adelantar lecturas ni imponer los gustos propios, hay que conocer muy bien al hijo para orientarlo convenientemente, y, dentro de ciertos márgenes, dejarlo elegir sus propias lecturas.

A su hijo le puede encantar la aventura, pero, quizás, no tiene capacidad aún para Colmillo Blanco.

Su hija puede ser gran lectora, pero de cuentos de hadas. No está todavía preparada para gozar con ese libro de poesía que para usted fue su tesoro en la infancia.

Pesadillas y La Calle del Terror son muy atractivas para quien prefiere los libros de terror, pero, en ese género hay literatura de excelente calidad preferible a los comerciales libros de Stine.

Usted cree que “no será nunca un gran lector”, pero si se devora Mampato, ¡excelente!, con el tiempo ya cambiará los comics por prosa de más calidad.

“Para aprender a leer y disfrutar de la lectura -nos lo dice nuestra Nobel de Literatura Gabriela Mistral-, no importa de dónde se parta. Lo importante es establecer el vínculo entre el niño y la palabra escrita; una vez establecido éste, sus apetitos lógicos lo llevarán a explorar horizontes más amplios”.

La variedad de géneros y, dentro de éstos, de autores, colecciones y temas parece dificultar la elección del libro más adecuado para un hijo. Sin embargo, esta abundancia de títulos debe facilitar la tarea de los padres.

¿Qué hay que considerar? Por un lado la edad, sexo, nivel lector y aficiones del hijo; por otro, los géneros literarios que pueden captar su interés y los títulos y las colecciones de calidad que ofrece el mercado.

A cada cual, según su gusto e interés.

Cuentos fantásticos:

Para la doctora en Literatura Moderna y Contemporánea (U. de Navarra) M. Teresa Arregui, el libro abre la imaginación del niño, desarrolla su creatividad y aporta mucho a sus juegos: “Me preocupo de que estén bien escritos, bien puntuados, con un lenguaje más elevado que el de ellos, no demasiado coloquial. Y, por eso, elijo editoriales que me merezcan confianza, como Barco de Vapor, Norma, SM -que los clasifican adecuadamente para la edad. Alfaguara que publica, entre otros, los premios C. Andersen, o Rialp Junior. A la hora de elegir, valoro también las ilustraciones, pues, así, se va formando el gusto por la belleza”.

Historia:

Se encuentran excelentes libros basados en la historia, vidas de santos, reyes, héroes… que amplían el mundo infantil. Las historias bíblicas también fascinan a los niños de esta edad. En el caso de las leyendas, M. Teresa Arregui señala que es importante que estén bien adaptadas y no requieran de la permanente ayuda del adulto para entenderlas, pues de lo contrario, los niños abandonan su lectura. Y existen también muy buenos libros sobre el mundo, la naturaleza, etc. muy atractivos para ellos.

Poesía:

A esta edad, dice M. Teresa Arregui, se puede hacer una iniciación hacia la poesía con la lectura de poemas cortos y claros, como rondas, rimas y adivinanzas, pero no conviene indisponer contra un género que requiere de mayor madurez y conocimiento, dando a leer poesías antes de que se pueda disfrutar realmente de ellas.

Románticas:

En este género, hay series que han constituido la pasión de generaciones de niñitas -como Emilia, Ana- y no debe temerse a que luego lean sólo “novelitas rosas”, pues lo importante es que se desarrolle el gusto por la lectura. Luego vendrán las obras de mayor calidad: de Emilia, se pasará a Jane Eyre.

Aventuras:

En la literatura infantil, predominan libros de aventuras protagonizadas por niños. Estos son muy importantes para su formación, pues percibe las distintas respuestas de él o los protagonistas a diferentes situaciones. Descubre los valores e intereses que guían sus acciones, y se convierten, así, en un nuevo modo de vivir y aprehender la realidad y de ir formando su sistema de valores personales. La aventura, como nexo entre literatura y vida, da respuesta a muchos porqués y, a través de ella, el niño interpreta el mundo y se conoce a sí mismo.

Misterios:

El niño que vive en un mundo audio-visual por lo general, tiene poco vocabulario y leer le supone un esfuerzo adicional, explica M. Teresa Arregui. Para que el libro no se transforme en una tortura, es fundamental que trate sobre temas interesantes, que lo atraigan. Por eso, les gustan tanto los libros en los que hay un misterio por resolver o aquellos en los que sus protagonistas viven increíbles aventuras. “Que primero sean “ávidos” lectores; luego, ya mayores, escogerán solos literatura de buen nivel”, señala M. Teresa Arregui.

Novelas de terror:

A pesar de la crítica desfavorable de los expertos y de los temores de los padres, este mini subgénero se lee con fruición por los niños desde los ocho años. Los millones involucrados en sus ventas se deben, en cierto modo, a la publicidad de sus colecciones, sus títulos llamativos, -”Chantaje mortal”-, el diseño de sus portadas -con cuchillos ensangrentados o adolescentes en peligro-, sus llamados desafiantes: “no lo leas por la noche” o “te pondrá los pelos de punta”, y, a los rasgos de estos relatos. Los protagonistas son dos o tres años mayores que los lectores, lo que a los niños les convence, los adultos están ausentes o tienen un papel secundario, surge un misterio en el que se ven involucrados, y provoca un miedo controlado. Es decir, quieren sucesos espantosos, pero existen las herramientas o medios para enfrentarse a ellos. En otras palabras, la estructura se asemeja a las que empleara la exitosa Enid Blyton, pero, esta vez, con los ingredientes extras necesarios para captar a un público empapado de cine y televisión.

“Pese a las apariencias, -señala Luis Daniel González, en “El éxito de las novelas de terror para niños”- la mayoría de estos relatos son inocuos e incluso ingenuos: da igual llenar la imaginación con monstruos tecnológicos que con ogros y brujas medievales”. No hay que olvidar que la abuela de Caperucita es devorada por el lobo, a Blancanieves la envenena su madrastra y Pulgarcito es descuartizado por el ogro. Desde siempre los educadores han visto con buenos ojos encauzar los miedos infantiles a través de la ficción. Giani Rodari, en Gramática de la Fantasía, señala que el niño puede “jugar a tener miedo”: se asoma al peligro con la certeza de que no le pasará nada. (No confundir con la pedagogía del terror, que puebla la mente de los niños con monstruos y amenaza con el viejo del saco).

Si bien algunos expertos le niegan la calificación de literatura infantil o juvenil, otros los defienden por el mérito de atraer al lector: “no sirven los excelentes libros que nadie lee”. Por eso aunque existe el peligro de que se convierta luego en un adulto que no salga de los thrillers o de las novelas rosa, también puede ser que, a través de ellos, descubra el gusto por la lectura y luego se interesen por libros mejores. Por eso, más que descalificar a priori, hay que ser cuidadoso en la elección.

Comics:

Los comics o historietas, con su mezcla de dibujo y texto y con sus personajes ficticios que llevan al niño a ver la vida desde otra perspectiva, tienen tal magia y fuerza que los atraen irresistiblemente. Muchas veces serán la vía de entrada al mundo de los libros y de la lectura, pues los niños que empiezan leyendo comics luego pasan a ser lectores de otros géneros, como la novela. Además, el hecho de ofrecer historias “por entrega” (continuará…), mantiene cautivo al lector y lo impulsa al coleccionismo. Pero, a pesar de sus bondades, hay que saber ir ofreciendo simultáneamente, otros géneros para profundizar o mejorar el hábito lector.

A muchos padres les preocupa que sus hijos lean comics, pues piensan que no son verdadera lectura. Lo cierto es que los hay de gran calidad artística y literaria, mientras que otros deforman el gusto del lector por su texto y dibujos. Como en cualquier otro género literario, la calidad es diferente en unos y en otros, y no se pueden rechazar todos los cómics porque muchos sean basura.

¿Cómo estimular la lectura en los hijos?

Responde M.Teresa Arregui, doctora en Literatura, madre de hijas de 7, 5 y 2 años:

- Leerles todas las noches -incluso hasta muy mayores- sin exigencia de ningún tipo y sin temor de que repitan siempre las mismas historias.

  • - Leer bien (pausas, suspenso) con entusiasmo, dramatizando y en un ambiente grato. Estar dispuesto a constantes interrupciones: ¿Qué significa? ¿Por qué? ¿Quién es?
  • - Hacer del momento de la lectura la hora familiar por excelencia: el niño en pijama, la mamá sobre la cama, la casa en calma…
  • - Y, por supuesto, moderar los panoramas y saber apagar la televisión. Porque si está todo el tiempo ocupado, ¿cuándo lee? ¿Cómo aprecia la magia de la lectura?

¿Por qué hay que estimular a los hijos a leer?

“Porque es un placer y porque se enriquece el mundo interior. El libro permite vivir miles de vidas diferentes, en distintas épocas, en lugares que quizás nunca conoceremos, pero en los que, de algún modo, vamos a estar. Además, desarrolla la capacidad de expresión y de redacción, aumenta el vocabulario, la memoria y la comprensión.

¿Por qué niños que fueron lectores en la niñez de pronto dejan de leer?

Yo recomiendo a los padres “Como una novela”, de Pennac, que explica de forma sencilla y amena, por qué se produce esa ruptura y cómo evitarla.

OJO

11 pasos para volar con los libros:

  1. Antes de que el hijo sepa leer, permítale recrearse mirando las ilustraciones de un libro.
  2. Desde pequeño, cuéntele cuentos y recítele rimas.
  3. Nunca fuerce a leer a un hijo.
  4. Seleccione muy bien lo que le ofrezca para leer, valorando las buenas ilustraciones que ayudan a formar el gusto por el arte y por lo bello.
  5. En la familia, dé ejemplo diario de lectura.
  6. Conozca qué lee su hijo y coméntenlo con él.
  7. Sepa los gustos de su hijo y en lo posible, respételos.
  8. Vaya con su hijo a librerías y bibliotecas y anímelo a hacerse socio.
  9. Permítale armar su biblioteca personal, dándole un espacio apropiado para ello.
  10. Compre libros, considerándolos como un gasto fundamental en la educación de su hijo.
  11. “Queremos que el libro conquiste al niño”.

La Fundación Barnechea, a través del Proyecto de Lectura, ofrece una asesoría a los colegios, que incluye cursos de perfeccionamiento a los profesores, diagnóstico de lectura a los alumnos, asesoría para armar una biblioteca, (compra de libros y capacitación de bibliotecario) y variadas actividades para promover la lectura en los niños.

“Queremos conquistar al niño, no imponer la lectura”, señala Eliana Errázuriz, a cargo del proyecto lector en 20 colegios municipalizados y particulares subvencionados. “Por eso es que lo dejamos elegir libremente su lectura, con una orientación del profesor o del bibliotecario que conoce su capacidad lectora: un niño de 5° básico que ha leído muchos clásicos -Grimm, Andersen…- puede leer libros de gran calidad que otro tendrá que leer en octavo, porque no está acostumbrado a moverse entre personajes, tiempos y lugares. No hay que encasillar a los niños por edades: un libro puede encantar a un niño y a otro, de su misma edad, aburrir por difícil; y a un tercero le puede parecer demasiado fácil. No es cuestión de edad, sino de hábito lector, capacidad, lenguaje, comprensión…”

¿Qué ofrezco para leer a mi hijo?

Clásicos:

Los cuentos de los hermanos Grimm y de Hans Christian Andersen son excelentes para iniciar al niño en los símbolos universales de la literatura.

Biblioteca Billiken (Ed. Atlántida) tiene la colección “Grandes obras de la literatura”, en la que figuran, entre otros:

- Heidi, Juana Spyri.

- Corazón, Edmundo de Amicis.

- Oliver Twist, Charles Dickens.

- La Cabaña del Tío Tom, Enriqueta Stowe.

- El Príncipe y el Mendigo, Mark Twain.

- Papaíto Piernas Largas, Jean Webster.

- Las Minas del rey Salomón, Henry R. Haggard.

- La Vuelta al Mundo en Ochenta Días, Julio Verne

Romántica:

- Ana de las tejas verdes, Lucía Montgomery (Pehuén).

- Nuestras Sombras, Teresa Budge (Andrés Bello).

- La colección de Emilia, Lucía Montgomery (M.C.).

- Jane Eyre, Charlotte Bronte.

- Mi pequeño Lord, y Princesita, de Frances Hudson B.

- Las colecciones de Enid Blyton: Torres de Malory; Las Mellizas O’sullivan y Elizabeth. (Ed. Molino)

- Todo lo de L.M. Alcott: Mujercitas, Hombrecitos, Aquellas mujercitas, Ocho Primos.

- Las gemelas de Sweet Valley, Francine Pascal, Ed. Molino (Sólo serie morada; no las de la Escuela superior).

Aventuras:

- Elige tu Propia Aventura (Atlántida).

- Un día en la vida de… (Zig- Zag).

- Marcelino Pan y Vino, J.M. Sánchez Silva (Andrés Bello)

- Sin Familia, y En Familia, de Hector Malot (Andrés Bello).

- Tom Sawyer, Mark Twain (Andrés Bello)

- Mi Querido Enemigo, Jean Webster

- Azabache, Anna Sewell (Andrés Bello).

- El Corsario Negro, Emilio Salgari. (Andrés Bello).

- Colección de aventuras de Enid Blyton (Ed. Molino).

Misterios:

- Club de los Canguros, Francine Pascal (Ed. Molino).

- Tom y Liz, Eric Wilson (Ediciones S.M.).

- Colección de Misterios de Enid Blyton (Ed Molino).

- Torre de Papel (Norma) y Barco de Vapor (SM Ediciones) tienen algunos títulos muy buenos. Están clasificados por edades, pero no hay que guiarse por la edad cronológica del niño, sino por su capacidad lectora.

- La Mochila de Astor: tiene excelentes títulos y todos son confiables, pero sólo están en la librería Proa.

Cómics:

- Donald, Tribilín y otras del estilo: defienden valores como la familia, la autoridad y la justicia. De 6 a 13 años.

- Mampato: mezcla de fantasía e historia vividas a través de un niño chileno, Mampato, quien viaja por el tiempo y el mundo. Desde los 8 años.

- Asterix: Historia y situaciones cómicas de Asterix y el pueblo galo. Desde los 11 años.

- Superman, El hombre araña, Batman, Superman y otras: héroes fantásticos del mundo moderno. Desde los 11 años.

- Tin – tin: Héroe que viaje por el mundo como reportero. Desde los 13 y adulto.

- Mafalda: Adultos. Revela el complejo mundo de América latina.

- Carlitos: Adultos: Niño frustrado que se pregunta por el sentido de la vida.

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22 jul 2009

La profesión de bibliotecario

En la mayoría de las ocasiones la figura del bibliotecario profesional no se conoce realmente. Socialmente es una profesión un poco desprestigiada, donde se piensa que sólo se realizan trabajos de conservacion de libros y préstamo a los usuarios, cuando se trata de una profesión con tareas muy variadas y muy entretenida.



Fuente: http://bibandorra.blogia.com/2009/072201-la-profesion-de-bibliotecario.php

Los escondites de los libros

Por: Vilma Fuentes

Tratar de poner orden en una biblioteca es correr un riesgo semejante al que al que representaría intentar una travesía por el océano en una chalupa. Del fondo de los libreros, como del mar, emergen los seres vivos más extraños y diversos, a veces con rasgos parecidos a los nuestros, en ocasiones nunca soñados por la más demencial imaginación.

Hechizantes como el canto de las sirenas, monstruos que inspiran horror y piedad, personas que son como reminiscencias de lo que fuimos... o de lo que estuvimos a punto de ser y escapamos al sentir el vértigo de los abismos.

Las oleadas de libros se levantan cual murallas de agua, sobre cuyas crespas debemos mantenernos inmóviles para ser llevados por ellas a un mar más tranquilo si se pretende salvarse del naufragio inminente.

Los años me han persuadido de que los objetos tienen también una vida; cierto, distinta de la nuestra, pero más o menos larga. Viejos muros que prefieren callar tantas confidencias escuchadas, muebles antiguos que revelan secretos, cartas de amor o de amenazas, fotogra-fías amarillentas que ya no dicen nada a nadie.

Sin duda, muchas cosas nacen muertas sin haber tenido el tiempo de respirar una bocanada de aire. Otras no son sino ruinas, pero ruinas que perpetúan la memoria de una época terminada.

Algunas más, a la manera de los yacentes al fondo de la cripta de una iglesia, parecen palpitar sobre sus sepulcros.

Los libros, a semejanza de tantas otras cosas, poseen una vida. En numerosas ocasiones, vida artificial como la de un robot sólo capaz de emitir sonidos programados, frases sin más significado que los de una máquina más o menos bien fabricada. Otras veces, existencias efímeras que no van más allá del primer suspiro.

Hay también los libros que yacen latentes, abandonados en un desván a la espera de un lector que los reanime con el soplo de su lectura. Quizás por ello, entre otras causas, es tan peligroso remover los libros, tratando de darles un nuevo orden, cuando algunos prefieren seguir su eterno descanso y otros no cesan de removerse clamando a gritos atención.

Dispuestos a revelar todos sus secretos, a proponer enigmas que sólo levantan nuevos enigmas, a dejar salir de entre sus páginas seres venidos de universos distintos, de tiempos que han dejado de coordinarse con el presente, espantos, pero también personas más reales que las reales, con una vida más duradera que la de los vivos que nos rodean.

Así, se necesita ser ingenuo, tener accesos de delirio, vivir encandilado por las ilusiones peligrosas o tener algún vicio oculto para meterse a poner orden en los libreros de casa, sobre todo cuando los libros van y vienen a su antojo, llegan a escondidas, se van sin despedirse, se quedan en un rincón cualquiera como si hubiesen encontrado al fin su lugar en este mundo.

Sin embargo, vale la pena tal aventura. Ante los libros amontonados, pueden dar ganas de salir corriendo, de abandonar la tarea después de haber aumentado el desorden.

Puede rozarse la depresión, decidir expulsar a todos los libros, preguntando sin hallar respuesta por qué escribir, qué encierra de mágico la escritura para que tantas personas se arrojen a un ejercicio acaso tan gratuito como absurdo.

De súbito, entre la montaña de volúmenes, mientras se abre uno, se hojea otro, se leen algunas páginas de alguno, llama la atención, imanándonos, un libro al que no es posible resistir.

Se le abre, se leen las primeras líneas, la imantación se transforma en hipnosis, el hechizo se realiza y ya no es posible escapar a su lectura.

¿Por qué no había leído antes ese libro del que no sé cómo diablos llegó a casa? ¿Quién lo trajo, cuándo? Preguntas sin sentido.

El libro está ahí, frente a mis ojos, contándome una, dos, más y más historias, proponiéndome misteriosos espejismos, respondiendo con adivinanzas a mi curiosidad con los sortilegios de sus palabras.

Sí, de vez en cuando, entre el cúmulo de la producción editorial, aparece un libro verdadero.

20 jul 2009

Fahrenheit 451, versión electrónica


19 de julio de 2009.- Como muchos otros convencidos del libro electrónico leo con preocupación la última estupidez de Amazon. La compañía se ha disparado en el pie al eliminar de cientos de Kindles dos obras. La empresa editora carecía de los derechos de publicación de estos libros y Amazon ha procedido a quitar las copias que se habían vendido de las memorias de los Kindle y ha restituido el dinero pagado por ellas en las cuentas de los usuarios.

Todo esto sin pedir permiso a quienes habían comprado de forma legítima las obras, que se han levantado por la mañana con dos libros menos en su "estantería digital". Para más cachondeo, los dos libros han sido 1984 y Rebelión en la Granja de Orwell.

Esto, como denuncia Lauren Weinstein, fundador del PRIVACY Forum, es similar a que Amazon se cuele en tu casa, robe los libros físicos que has comprado y deje en su lugar el dinero que pagaste por ellos. La compañía ha pedido perdón (aunque no restaurará las copias) y ha asegurado que nunca volverá a hacer algo parecido pero con su acción ha dejado ver dos problemas en la actual industria de la distribución de contenidos digitales.

Primero, que el comprador es menos importante que el proveedor de contenido. Amazon prefiere estar a bien con la editorial antes que con el usuario. Lo lógico hubiera sido informar a los que compraron las obras del problema, denunciar al editor que vendió los textos sin los derechos y, como mucho, ofrecer la posibilidad de recompra de los textos si alguien está interesado.

Segundo, que los usuarios compramos canciones, vídeos o libros electrónicos pensando que el modelo de propiedad es similar al del mundo analógico, pero muchas veces las tiendas incluyen cláusulas en los contratos de ventas —esas que nunca leemos- que dan a entender lo contrario. Al comprar un libro con Kindle estamos comprando derechos ilimitados de lectura pero no necesariamente tenemos posesión de le obra o si la tenemos puede ser revocada por Amazon. A esto hay que añadir los famosos DRM, que impiden hacer con el libro digital algo tan básico y normal como prestar el libro a un amigo.

Ha costado bastante esfuerzo crear plataformas donde la gente se sienta segura a la hora de comprar contenido digital. Personalmente alabo la iniciativa de Kindle porque está abriendo el libro electrónico al gran público. Yo utilizo un libro electrónico de Sony porque considero que el modelo de Amazon es muy cerrado (en mi Sony puedo introducir los textos que quiera de diferentes fuentes) y la descarga inalámbrica de Kindle, una de sus mejores características, está limitada a EE.UU.

Pero si de repente empezamos a cambiar los términos de algo tan sencillo como debe ser que cuando se compra algo, ese algo pasa a ser de tu propiedad todo este esfuerzo va a irse al garete. Si una copia ilegal de un libro me permite hacer lo que debería ser justo hacer con un libro de mi propiedad y la copia legal no, me van a faltar segundos para arrancar el programa de descarga de torrents.

Tal y como está planteado todo este asunto en la actualidad, quienes pagan por la música (afortunadamente la industria musical ha cambiado bastante en el último año y varias tiendas ya ofrecen canciones sin DRM), las películas y los libros son los que obtienen copias más limitadas y con esta metida de pata de Amazon no sólo se pone de manifiesto esto, sino que se añade un nada tranquilizador componente de censura. ¿Qué pasará si un día un gobierno pide a Amazon que elimine de los Kindle una lista de "libros prohibidos", comprados de forma legítima? ¿En qué se diferencia esto de amontonarlos en la calle y encender una cerilla?

Tipos de violencia

LA VIOLENCIA


La violencia: Es un comportamiento deliberado que resulta, o puede resultar en daños físicos o psicológicos a otros seres humanos, otros animales o cosas (vandalismo) y se lo asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas.

Tipos de violencia

Violencia directa: es la violencia física, aquella que tiene por objetivo herir o matar.

Violencia estructural: consiste en agredir a una agrupación colectiva desde la misma estructura política o económica. Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre, miseria, enfermedad o incluso muerte a la población. Serían, aquellos sistemas que no aportan las necesidades básicas a su población por la misma formación Si nos remitimos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural a personas o cosas para vencer su resistencia, llevaría a hablar de abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder por sobre otro.

Violencia cultural: se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la utilización de los instrumentos de la violencia que hemos nombrado anteriormente.. Un caso de violencia cultural puede ser el de una religión que justifique guerras santas o atentados terroristas, por ejemplo.

Violencia juvenil: se refiere a los actos físicamente destructivos (vandalismo) que realizan los jóvenes entre los 10 y los 29 años de edad y que afectan a otros jóvenes dentro del mismo rango de edad. Como vemos, la violencia directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla.

La violencia cultural y la estructural, en cambio, son menos visibles, por lo que suponen más problemas a la hora de combatirlas

Violencia Doméstica: La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato Infantil y el abuso de los niños.

Violencia Cotidiana: Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.

Violencia Política: Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas.

Violencia Socio-Económica: Reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud.

Violencia Delincuencial: Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo.

Consecuencias de la violencia

La violencia trae dos tipos de consecuencias: Físicas y Psicológicas
Consecuencias físicas

  • • Homicidio.
  • • Lesiones graves
  • • Embarazo no deseado
  • • Abortos
  • • Estrés
  • • Vulnerabilidad a las enfermedades

Consecuencias Psicológicas.

  • • Suicidio
  • • Problemas de salud mental
  • • Ausencia de Autoestima
  • • Ser víctima de violación o abuso sexual conlleva los siguientes sentimientos: Temor. Culpa. Desvalorización, Odio, Vergüenza, Depresión, Asco, Desconfianza, Aislamiento, Marginalidad y Ansiedad,
  • • Ser diferente (se sienten diferentes a los demás)


CUIDADO...!

Causas de la violencia


  • Alcoholismo
  • • Ausencia de Conciencia Social.
  • • Ignorancia
  • • Ausencia de Control
  • • Falta de comprensión
  • • Drogadicción


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