31 jul 2010

Historia del hipertexto

"Es increíble lo que ayuda un nuevo cajón
en el lugar adecuado de nuestro archivo".

L. Wittgestein

El origen de la idea de hipertexto se remonta a Vannevar Bush (1890-1974). En julio de 1945, Bush, jefe del Departamento de Investigación y Desarrollo Científico de EE.UU, publicó elVannevar Bush artículo As we may think en la Revista The Atlantic Monthly, donde criticaba los métodos utilizados hasta entonces para la gestión de la información. Bush se dio cuenta de que la estructura secuencial de los documentos -influida por la secuencialidad del discurso hablado-, era la causante de que los métodos de su tiempo fueran incapaces de procesar adecuadamente grandes cantidades de información.

"... cuando datos de cualquier clase se ubican en su lugar de almacenamiento, son guardados en orden alfabético o numérico, la información se localiza (cuando es posible) por medio de trazos de la misma en clases y subclases. La información debe estar en un único sitio, sin otros duplicados y usos, uno tiene que seguir reglas para localizarla y las reglas son incómodas y pesadas... la mente humana no trabaja de esa manera, sino que opera por medio de asociaciones. Cuando un ítem es asimilado por ella, el mismo nos lleva al siguiente que se desprende de la asociación de ideas, de acuerdo con alguna intrincada malla de senderos que cruzan por las celdas de nuestro cerebro".

Así pues, este científico de la computación y asesor del presidente norteamericano Roosevelt, fue el que primero tuvo noción de lo que era la multisecuencialidad de un hipertexto, aunque nunca llegó a utilizar el término hipertexto. Para Bush el principal problema se centraba en la inadecuada forma de almacenar y clasificar la información y por ello se afanaba en encontrar un sistema de procesamiento que resultara más efectivo. Con este fin inventa un sistema imaginario de procesamiento de la información llamadoMemex. Dice Bush: "Consideremos un futuro artefacto de uso individual, una especie de archivo privado mecanizado y biblioteca. Necesita un nombre, y para escoger uno al azar, lo llamaremos 'Memex' (MEMory Extended System). Un 'memex' es un artefacto mecanizado en el cual un individuo puede almacenar todos sus libros, archivos y comunicaciones, y que permite ser consultado con gran velocidad y flexibilidad."

Bush define el Memex como:

"una máquina conceptual capaz de almacenar amplias cantidades de información, en la que los usuarios tienen la posibilidad de crear información, pistas o senderos de información, enlaces a textos relacionados e ilustraciones, datos que pueden ser almacenados y utilizados en futuras referencias" .

"Un memex es un dispositivo en el que una persona guarda sus libros, archivos y comunicaciones, dotado de mecanismos que permiten la consulta con gran rapidez y flexibilidad. Es un accesorio íntimo y ampliado de la memoria."

El sistema teórico ideado por Bush era fruto de la combinación de dos tecnologías en boga de la época: la microfotografía y la lógica electrónica. Memex no sólo contenía unos mecanismos que permitían una rápida búsqueda de archivos microfilmados y que podían ser observados a través de una pantalla transparente, sino que también incluía la posibilidad de agregar notas, comentarios, etc. Memex

Figura: Representación del sistema Memex

Según Bush, este aparato permitiría a cada individuo almacenar su información en microfilmes, consultarlos rápidamente y, lo que es más importante, crear vínculos entre unos documentos y otros, de modo que durante la lectura de un documento se recordara al lector qué documentos contenían información relacionada. Era una visión de lo que ocurriría sólo 45 años después, puesBush estaba hablando de futuros conceptos como el rápido acceso a la información, la posibilidad de establecer relaciones de tipología no secuencial entre distintos segmentos de información -llegando incluso a prever la posibilidad de establecer relaciones entre segmentos de información de distinta naturaleza como texto y gráficos- y aludiendo a la capacidad del usuario para crear nuevas conexiones y contenidos, es decir, anunció las características que comparten hoy los sistemas hipertextuales

La capacidad profética de Bush no deja de sorprendernos muchos años después cuando sus ideas visionarias se han hecho realidad. Bush concebía la lectura y la escritura como un proceso creativo en el que Memex ayudaría al usuario a registrar nuevos nexos, definiendo así un "trayecto" personalizado que podría volver a recorrer tiempo después y conectarse con otros trayectos para formar una "trama". Prevé que los lectores-escritores puedan compartir conjuntos de documentos y utilizarlos en otros campos. Y afirma:

"Aparecerán enciclopedias completamente diferentes, hechas a la medida , con una malla compuesta de trayectos asociativos, listas para ser introducidas en el Memex y ampliadas".

La novedad que introduce el Memex radica no solo en la capacidad de recuperar y almacenar información, sino también en su sistema de "índice por asociación" a través de conexiones y en la posibilidad de agrupar distintos tipos de información que puede ser compartida por varios usuarios. Además, Bush fue capaz de imaginar un texto virtual que permitía la interacción y que trascendía los límites físicos del libro, cuando todavía no existía ningún sistema de procesamiento de texto como los actuales. Memex ofrece a losusuarios la posibilidad de seguir múltiples trayectorias lo que trae consigo no sólo una nueva forma de textualidad, sino también nuevas formas de lectura y escritura:

"Cuando se han unido numerosos artículos para formar un trayecto... es exactamente como si se hubiesen reunido artículos físicos desde fuentes muy distantes, y se los hubiese encuadernado juntos para formar un libro nuevo...(...) ...cada artículo puede estar unido en numerosos trayectos a la vez".

Aunque memex no llegó a construirse físicamente, el pensamiento de Bush influyó notablemente para que otros investigadores retomaran e hicieran realidad su idea.

Si Vannevar Bush está considerado el padre del hipertexto, Theodor Holn Nelson portada de Literary Machinesfue quien lo bautizó. En 1965, Nelson acuñó el concepto de hipertexto (hypertext) definiéndolo como "un cuerpo de material escrito o pictórico interconectado en una forma compleja que no puede ser representado en forma conveniente haciendo uso del papel". En su artículo "A File Structure for the Complex, the Changing, and the Indeterminate", que leyó durante la vigésima conferencia anual de la Association of Computer Machinery (ACM), definió el término hipertexto de la siguiente manera:

"Por hipertexto entiendo escritura no secuencial. La escritura tradicional es secuencial por dos razones. Primero, se deriva del discurso hablado, que es secuencial, y segundo, porque los libros están escritos para leerse de forma secuencial... sin embargo, las estructuras de las ideas no son secuenciales. Están interrelacionadas en múltiples direcciones. Y cuando escribimos siempre tratamos de relacionar cosas de forma no secuencial".

Y en su obra ya clásica, Literary Machines, donde demuestra una clarividencia extraordinaria al trascender su época y considerar a los ordenadores como máquinas literarias y no simples artefactos que trataban con números mediante la introducción de datos en tarjetas perforadas, definió el término hipertexto con más precisión:

"Con hipertexto, me refiero a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario".

Creador de sistemas hipertextuales, Nelson ideó un modelo para la interconexión de documentos electrónicos y presentó el proyectoXanadú (en referencia al mítico lugar que Samuel Taylor Coleridge inmortalizó en su poema Kubla Khan y que era símbolo de la creatividad y de la inspiración romántica). Dicho proyecto tenía como objetivo principal la construcción de un servidor de hipertexto que permitiera almacenar y enlazar toda la literatura mundial, y que fuera accesible desde cualquier terminal de ordenador. La idea era reunir toda la producción escrita existente y conectar unos textos con otros, estando esos documentos almacenados en ordenadores particulares pero disponibles para el resto de los usuarios por medio de una dirección única para cada uno de ellos.

Basándose en esta idea abstracta de que el hipertexto supone también una manera ideal por la cual toda la cultura producida por la humanidad podría estar al alcance de los ciudadanos, ya sean lectores o creadores de documentos, Nelson acuñó el términoDocuverso (contracción del término universo documental). El Docuverso estaría formado por una red universal de ordenadores, con la información almacenada en ellos de tal manera que fuera posible crear documentos compuestos con ideas de varios autores, sin que se perdiera la noción de la autoría intelectual de cada autor. Los usuarios podrían integrar en sus documentos cualquier pieza informativa recuperada en el sistema, y podrían, a su vez, integrarla en la red universal. El parecido con la World Wide Web es notable. Xanadú actuaría como la red final en la que se integrarían otras redes y se establecerían las rutas de acceso y los protocolos necesarios. Mediante el almacenamiento xanalógico, los documentos y cada porción de documento dentro de un documento podría estar vinculada a cualesquiera otros documentos en el Docuverso. Logotipo Proyecto Xanadu

Ted Nelson describía el sistema Xanadú como sigue:

"El sistema actual, Xanadú 87.1, desarrollado por Autodesk Inc. es un programa de organización de ficheros, pensado para utilizarse en varios ordenadores de una red, que realiza un conjunto completo de funciones y que puede ir mejorando sin que sea por ello necesario modificar la estructura de la red principal".

El objetivo de la solución informática de Nelson reside en el ahorro de espacio mediante el uso extensivo de enlaces, gracias al almacenamiento de una sola copia de un documento original, aunque se le añadan nuevas versiones o modificaciones. El almacenamiento "xanalógico" consta de dos elementos, "bytes nativos" e "inclusiones" o bytes nativos de otros documentos. Además de la unión simple de materiales, Nelson aboga por la "transclusión", un modo de encajar las partes de documentos a contextos nuevos, esto ayuda a presentar simultáneamente tanto el documento primario como el documento citado. El diseño de Xanadú posee dos ideas subyacentes: el usuario tiene que poder ver y seguir los enlaces creados entre distintas piezas de información, que está organizada de un modo no lineal; y el usuario ha de ser capaz de comparar diferentes versiones de un texto. Lo que conlleva la no eliminación de documentos. En los textos se deberían incluir gráficos, anexos y referencias a otros textos, que también deberían poder ser gestionados por este sistema.

En la actualidad, el programa Xanadú se está diseñando para integrarse en la Web, aunque Nelson Douglas Engelbartaún continúa luchando por conseguir un modelo de hipertexto superior al que ha logrado la WWW. La web oficial del proyecto eshttp://www.udanax.com (xanadu al revés).

A medidados de los años 60, Douglas Englebart, investigador del Stanford Research Institute (EE.UU.) y, en el curso del desarrollo del proyecto Augmented Human Intellect, estudió los sistemas basados en ordenadores como una forma de mejorar las capacidades operativas de la mente humana. Parte de este proyecto fue el sistema NLS (oNLine System) ( ver vídeo explicativo), un entorno de trabajo para ordenadores con un sistema para almacenar publicaciones, con catálogos e índices para facilitar la búsqueda, y con reglas para citar documentos y poder acceder a ellos. Se basaba en las ideas de Vannevar Bush de trasladar al ordenador la asociación de ideas que se producía en la mente humana y tenía un entorno físico con teclado, ratón, pantalla e impresora y con posibilidad de teleconferencia y correo electrónico a través de una red de computadoras para una rápidacomunicación entre los profesionales.

El software NLS, fue el primer proyecto de desarrollo de software en áreas como la automatización de oficinas y el procesamiento de textos, y puede considerarse como el primer sistema de hipertexto operativo, a pesar de que no fue desarrollado como un sistema de hipertexto, sino que empezó siendo un instrumento experimental cuyo objetivo era cubrir las necesidades de cualquier trabajo de investigación, almacenando diversos documentos en una especie de "revista" compartida que incluía referencias a otros documentos en los propios textos y que permitía colaborar con otros usuarios para desarrollar la documentación. La estructura principal de laorganización de los nodos era jerárquica, reflejando así la estructura de la mayor parte de la documentación técnica, pero también permitía establecer enlaces entre diferentes niveles y archivos y enlazar texto e imágenes. Se trabajaba con los documentos saltando de una ventana a otra o en modo multiventana, para ver varios documentos a la vez en ventanas diferentes, y se podían copiar objetosseleccionados de una ventana a otra. Con el paso del tiempo, NLS se convirtió en el sistema de hipertexto Augmented utilizado por muchas empresas y comercializado por McDonnell-Douglas.

A Douglas Englebart se deben también numerosas herramientas y dispositivos de interfaz informática y entornos operativos que hoy consideramos estándares, tales como la edición bidimensional, el ratón, la disposición de varias ventanas en una misma pantalla, laspantallas por mapas de bits, el procesamiento de esquemas e ideas, la implantación de un sistema de ayuda y de búsquedas integrado, un sistema de correo electrónico y otras muchas utilidades informáticas.

Como curiosidad, decir que el primer ratón, fue construido por el propio Engelbart a partir de un bloque de madera y que tenía el botón (un pulsador hecho con una moneda de cinco centavos de dólar) a la derecha, pues Engelbart era zurdo.

Paralelamente, en 1967 Andries Van Dam, investigador de la Brown University (una de las universidades que han dedicado y siguen dedicando más esfuerzos a la investigación hipertextual), desarrolla el HES o Hipertext Editing System, el primer sistema de hipertexto real, con el objetivo de optimizar la escritura de documentos grandes y de explorar el concepto de hipertexto. En este sistema ya aparecían los gráficos dinámicos y la animación tridimensional.

Fuera del ámbito de la informática se encuentran también anticipos de lo que llegaría a ser el concepto de hipertexto. La idea de que un texto puede ser recorrido de múltiples maneras y no solamente del modo imaginado por su autor es una de las claves de la semiótica contemporánea, que atribuye un papel determinante a la contribución del usuario en la producción del sentido de una obra. En particular la escuela de la "teoría crítica" y de la "deconstrucción" aluden a nuevas o diferentes formas de texto.

Es el caso del semiólogo Roland Barthes, que a aprincipios de los años 70 tipifica en S/Z, un ideal de textualidad que se asemeja a la hipertextualidad: "pienso en un texto formado por bloques de palabras (o de imágenes), electrónicamente unidos por múltiples trayectos, cadenas o recorridos dentro de una textualidad abierta, eternamente inacabada y descrita mediante conceptos como nexo, nodo, red, trama y trayecto". El hipertexto implica un texto compuesto de fragmentos de texto -lo que Barthes denomina lexías- y los enlaces electrónicos que los conectan entre sí.

"En este texto ideal, abundan las redes que actúan entre sí sin que ninguna pueda imponerse a las demás; este texto es una galaxia de significantes y no una estructura de significados; no tiene principio, pero sí diversas vías de acceso, sin que ninguna de ellas pueda calificarse de principal; los códigos que moviliza se extienden hasta donde alcance la vista; son indeterminables...; los sistemas de significados pueden imponerse a este texto absolutamente plural, pero su número nunca está limitado, ya que está basado en la infinidad del lenguaje." ("S/Z")

De igual modo piensan Jacques Derrida o Michel Foucault que utilizan términos como red, nexo, trama, etc. y que frecuentemente hablan de la descomposición del texto y de unas nuevas modalidades de lectura y escritura mucho más dinámicas. Derrida concibe un texto compuesto de unidades discretas de lectura e incluso utiliza el término montaje en su obra Speech and Phenomena. Foucault, por su parte, concibe el texto en forma de redes y enlaces. En su obra La arqueología del saber de 1969, afirmaba: "Las fronteras de un libro nunca están claramente definidas", ya que se encuentra "atrapado en un sistema de referencias a otros libros, otros textos, otras frases: es un nodo dentro de una red... una red de referencias". Se trata, pues, de la metáfora del hipertexto.

Logotipo Proyecto GutenbergEn 1971, Michael Hart crea el Proyecto Gutenberg, cuyo objetivo es publicar 10.000 obras literarias en Internet antes del año 2000. Hart postuló la potencialidad de lo que se preveía que podía ser una red universal de conocimiento.

El primer sistema hipermedia real fue el Aspen Movie Map, desarrollado en el Massachusetts Institute of Techonology (MIT) porAndrew Lippman en 1978. En este sistema, se creó un mapa virtual de todas las calles de la ciudad de Aspen (Colorado), por las cuales los usuarios podían moverse de forma virtual utilizando un joystick. (Ver vídeo ).

A mediados de los 80 empiezan a comercializarse numerosos sistemas de gestión de hipertextos que integran características hipertextuales, son los denominados sistemas pre-web. Entre 1985 y 1990 se desarrolló el sistema Intermedia en la Brown University, sistema que funcionaba en Apple bajo Unix y en que por primera vez aparece el concepto de ancla. Este sistema desapareció en 1990 debido a la falta de financiación para llevar a cabo una nueva versión que corriera en los nuevos sistemas operativos.

Otros sistemas independientes y precursores en la implantación del hipertexto fueron Guide de Owl International desarrollado para Unix en la Universidad de Kent, NoteCards de Xerox Parc, Kms de Knowledge Systems, e Hyperties de la Universidad de Maryland.

Pero la gran popularidad del hipertexto llega cuando en 1987 Apple incluyó el sistema HyperCard, desarrollado por Bill Atkinson, en sus ordenadores personales Macintosh. Aunque este sistema no se presentó con el término de hipertexto, es evidente que la idea de hipertexto está en sus fundamentos. Se trata de un sistema basado en la metáfora de las tarjetas ordenadas en montones según suHypercardnaturaleza y que contaba ya con un poderoso sistema orientado a objetos denominado HyperTalk. En ese mismo año, 1987, la Association for Computing Machinery ACM organiza en la Universidad de Carolina del Norte, la primera de las conferencias sobre Hipertexto. A partir de entonces se desarrollaron muchos sistemas de hipertexto para distintas plataformas

En 1990, Jakob Nielsen publicó Hypertext and Hypermedia, donde hizo la siguiente definición de hipertexto destacando la organización y la lectura no secuenciales de los segmentos de la información:

"El hipertexto consiste en piezas de texto o de otro tipoNielsen de presentación de la información ligadas de manera no-secuencial. Si el foco de tal sistema descansa en tipos de información no textual, se utiliza el término Hipermedia... Los objetos entre los que es posible establecer relaciones como origen o destino de ligaduras se denominan nodos, y el sistema global formará una red de nodos interconectados. Las ligaduras pueden ser de distintos tipos y/o tener asociaciados a las mismas atributos, que también pueden ser bidireccionales. El usuario accede a la información contenida en los nodos, navegando por las diferentes ligaduras que se establezcan. Dicha navegación tendría que estar asistida por una panorámica estructural de la red (y de la ruta seguida por el usuario en su navegación)"

PeroTim Berners-Lee, sin duda, el hipertexto por excelencia, nació a instancias del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra donde Tim Berners-Lee tomó la estructura del hipertexto para dar origen a un proyecto que fue el inicio de lo que hoy conocemos como la World Wide Web. Tanto a la Web como a su historia, aspectos tecnológicos, etc. dedicamos varios capítulos en esta tesis.

En la 3ª Conferencia de la ACM on Hypertext, 1991, se mostró ya lo que sería la Web yAndreessen su avance imparable comienza en 1993 cuando el National Center for Supercomputing Applications (NCSA) libera el navegador de interfaz gráfica y manipulación directa Mosaic, ideado por Marc Andreesen.

En 1992, George P. Landow publica "Hipertexto: la convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología", una obra clave para la difusión de la literatura y la crítica hipertextual.

Para Landow, lasGeorge P. Landow primeras aplicaciones del hipertexto se remontan muy atrás en el tiempo y se refieren a las:

"transliteraciones al hipertexto de poesía, de ficción y de otras materias originalmente concebidas para la tecnología del libro. La forma más sencilla y limitada de esta transliteración preserva el texto lineal, con su orden e inalterabilidad, y luego añade, a modo de apéndices, críticas, variantes textuales u otros textos, cronológicamente anteriores o posteriores. En estos casos, el texto original, que conserva su forma antigua, se convierte en un eje fijo del cual irradian los textos conectados, y ello modifica la experiencia del lector de este original texto en un nuevo contexto."

Los postulados de Landow tuvieron numerosos seguidores en los primeros años 90 y muchos autores experimentaron con la literatura hipertextual y la llamada hiperficción como Michael Joyce en Afternoom, Stuart Moulthrop con Victory Garden, Hegirascope y Reagan Library, y Deena Larsen en Marble Springs y Nine Vicious Little Hypertexts, empleando el software StorySpace.

Pero donde se están centrando últimamente los estudios del hipertexto más allá del constante y progresivo desarrollo informático, es en el campo documental.


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Fuente: http://www.hipertexto.info/documentos/crono_h.htm

6 Preguntas que te ayudarán a tener éxito


Por: Juan Carlos Santos Cougil

Nadie te va a cambiar, solo mejoraras si te lo propones. La vida te da la oportunidad de mejorar cada día, no intentes cambiar de golpe, proponte realizar una mejora semanal y al final del año habrás mejorado 52 veces. ¿Te parecen pocas mejoras?

Solo tienen que dar el primer paso. Estas preguntas generaran las respuestas que te ayudarán a generar ese cambio que tanto estás deseando.

Esta dinámica es para realizar en una semana, imprime este post, contesta una pregunta por día y al 7 día integra todas las respuestas, tendrás tu cuadro de mando que te va a guiar hacia el éxito, hasta donde quieres llegar, solo depende de tí, asume tus responsabilidades y empieza ya.

Buena suerte

Cuadro de Mando personal:

1.- Mi Misión personal: ¿Quien Soy?
Cual es mi filosofía de vida, por qué estoy aquí, cuales son mis objetivos más importantes en la vida, para que vivo, cuales son mis aspiraciones más profundas.

2.- Mi Visión personal: ¿Hacia dónde voy?
Que valores y principios me guían, que quiero conseguir, que apoyo, en qué creo, cuales son mis ideas, que papeles claves quiero desempeñar.

3.- Mis factores diferenciadores de éxito: ¿Que factores me hacen diferente?
Qué es decisivo para mi éxito personal, que factores dentro de mi misión ,visión personal y papeles clave son esenciales para conseguir mis objetivos personales, cuales son mis logros y mis competencias más importantes.

4.- Mis objetivos personales: ¿Qué resultados personales quiero conseguir?
Qué resultados a corto plazo que se puedan medir quiero alcanzar

5.- Mis metas y medidas de actuación personal: ¿Cómo puedo medir mis resultados personales?
Como hacer que mis resultados personales se puedan medir, que valores tengo que alcanzar, cuales son mis metas

6.- Mis acciones de mejora personal ¿Cómo quiero conseguir los resultados?
Como puedo alcanzar mis resultados, que acciones de mejora he de realizar para conseguirlos, como puedo comprobar que estoy aprendiendo continuamente.

Fuente: TPS

21 jul 2010

De nativos digitales a náufragos en la Red


Nacidas con la revolución tecnológica, las nuevas generaciones se posicionaron rápidamente en ventaja respecto de sus mayores gracias a sus destrezas en el mundo digital. Hoy los expertos analizan las dificultades de esos chicos y se preguntan: ¿están los adultos preparados para ir a su rescate?
Raquel San Martin
LA NACION

Si una generación está siempre separada de la que la antecede por una brecha de incomprensión más o menos profunda, el espacio que hoy separa a chicos y adolescentes de los adultos, incluso de los más jóvenes, parece haberse convertido en un abismo insalvable, que se identifica, además, con la tecnología como una divisoria de mundos.

De un lado están los "nativos digitales", nacidos en los 80 en Europa y en los 90 en América latina, esos chicos que manejan el mouse antes de aprender a hablar; pueden estudiar, escuchar música y chatear al mismo tiempo, y hacen amistades, las sostienen y las rompen en Internet. Del otro lado, mirándolos entre envidiosos y desconcertados, están los "inmigrantes digitales", que consultan el manual de instrucciones para operar su computadora, imprimen los mails para leerlos y eligen un modelo de celular que básicamente sirva para hablar.

La metáfora "nativos-inmigrantes", que cumple diez años por estos meses, logró el máximo éxito que se puede esperar de un giro del lenguaje: pasar del mundo de la informática y la academia a impregnar el sentido común.

Sin embargo, explicar así la división generacional tiene sus riesgos. No sólo elimina las diferencias socioeconómicas y culturales entre los chicos "nativos" en distintas geografías; también deja a los docentes y a la escuela -a los adultos en general- en una posición de impotencia e inutilidad. Pero, sobre todo, coloca en la tecnología la causa y consecuencia de los cambios que, en rigor, se están produciendo más en el mundo real de las familias y las relaciones que en el espacio virtual de las pantallas.

Por otra parte, la metáfora nativos-inmigrantes tiene otra limitación que se ha hecho cada vez más visible. ¿Cómo congeniar las enormes destrezas tecnológicas de estos nativos con las frecuentes dificultades que muchos de ellos tienen para la expresión escrita o la comprensión de textos? ¿O que convoquen a rateadas masivas y luego se sorprendan del impacto que eso tiene en el mundo real? Hay quienes con ironía ya empezaron a usar el término "naúfragos" digitales para hablar de estos chicos. La cuestión es: ¿están los adultos preparados para ir a su rescate?

El padre de la metáfora
En 2001, el norteamericano Marc Prensky -gurú en educación y tecnologías- bautizó en un artículo de la revista universitaria On the horizon la brecha entre chicos y adultos con las categorías de "nativos" e "inmigrantes digitales".

Tecnofílico y optimista -además de exitoso empresario en la industria de los videojuegos y el software para escuelas-, Prensky sostuvo que "es muy posible que incluso los cerebros de nuestros estudiantes hayan cambiado físicamente y sean distintos de los nuestros". Según escribió, los nativos digitales "piensan y procesan la información de manera distinta de sus predecesores": tienen pensamiento paralelo y multifocalizado, aprenden mejor con gráficos e imágenes que con textos, agradecen las gratificaciones instantáneas, se entusiasman cuando el aprendizaje se disfraza de juego y funcionan mejor cuando trabajan en equipo.

La descripción se convirtió en el modo de caracterizar a esta "Generación Y" -la que sigue a la "X"- o "Einstein" -para diferenciarla de la "Newton"- y se trasladó al mundo laboral, donde las empresas empezaron a pedir asesoramiento para lidiar con jóvenes que rechazaban las largas reuniones cara a cara, pedían que se respetara su tiempo libre en la primera entrevista y no tenían problemas en mandar un mail al CEO de la empresa para saludarlo.

Sin embargo, el optimismo de Prensky no encontró -hasta hoy por lo menos-suficiente respaldo en las investigaciones sobre cambios en la capacidad cognitiva de las nuevas generaciones. En general, los expertos sólo hablan de mayores destrezas en prácticas de conocimiento diferentes.

El sistema educativo, supuestamente desactualizado y en manos de inmigrantes, fue el gran castigado por la metáfora. Se hizo lugar común pedir actualización a la escuela y se culpó a los docentes-inmigrantes de la falta de motivación de los chicos. Se dejó de lado, en el medio, la existencia de nativos por edad que no tienen acceso a la tecnología y de inmigrantes de nacimiento que adoptaron sus beneficios pedagógicos.

"La metáfora de nativos e inmigrantes abrió puertas, pero llegó la hora de complejizarla. Dar valor automático a la tecnología como constructora de sujetos más creativos tiene sus riesgos y oscurece en concreto el papel de la escuela y los docentes", dice María Teresa Lugo, coordinadora del área Proyecto TIC y Educación del IIPE-Unesco.

"Que los chicos tengan familiaridad con las tecnologías no significa que automáticamente puedan generar algo significativo con ellas", explica Fabio Tarasow, que dirige el proyecto de Educación y Nuevas Tecnologías de Flacso. "Hoy muchas veces se hace un uso vacío de la tecnología, porque se va a lo que se propone socialmente como uso válido, que es el SMS o el Facebook, que no aportan nada a las capacidades de raciocino profundo." Tarasow prefiere hablar de "nómades digitales", que "vagabundean sin rumbo en esas tecnologías y van conociendo el terreno al andar. Los adultos tenemos la responsabilidad de poner señales en ese camino para guiarlos", concluye.

"La alfabetización digital no es compleja de lograr. Los chicos adquieren rápido las competencias operacionales. Pero lo que necesita un nivel de razonamiento más complejo -como analizar la confiabilidad de las fuentes en Internet, descubrir si es fuente original o repetición, respetar la producción ajena- no es intuitivo para los chicos, eso hay que construirlo con la guía de los adultos", reflexiona Elena García, especialista en informática educativa y coordinadora de la Red de Portales Educativos de la región.

Un dato incontestable es que el universo de los chicos hoy está totalmente integrado con las tecnologías -que se compran en el supermercado y ya no en locales especializados- y eso les da una familiaridad y un desprejuicio en el manejo de dispositivos que los diferencia de sus padres, un fenómeno que, aun con diferencias, se constata también en los sectores populares.

Eso, sostienen los expertos, no ha cambiado las capacidades cognitivas de los chicos, aunque sí los pone cómodos en prácticas de conocimiento que son diferentes. "Los chicos hoy pueden usar el juego y la simulación, manipular el contenido de los medios, inclinarse por la multitarea, entender que el conocimiento se construye con lo que aporta cada uno en lugar de ser una tarea individual, y pasar de películas a libros y a videojuegos", enumeró Inés Dussel, investigadora de Flacso y directora de Sangari Argentina.

Para disipar fantasmas, Dussel afirma que no es malo todo lo que pasa en Internet cuando los chicos "no hacen nada". "Aprenden cuestiones técnicas, sobre intereses propios, sobre reglas de participación en ciertos ámbitos sociales. Es positivo que los chicos tengan la idea incorporada de que se pueden hacer escuchar, con un componente democrático y de aceptación de la diversidad interesante. Pero también hay cierta horizontalidad en los vínculos que establecen, que luego impacta en el borramiento de jerarquías en otros ámbitos".

Justamente, si se amplía la mirada a la vida completa de estos chicos, fuera de la tecnología, aparecen algunas claves. "La tecnología digital puede operar como una parte más transparente de situaciones que en realidad se dan en otros ámbitos", dijo Sergio Balardini, integrante del Programa de Estudios de Juventud de Flacso.

Primero y centralmente, en la familia. "Los diálogos y modos de relación de padres e hijos son diferentes, más horizontales. Hoy las decisiones se consultan con los hijos o se debaten frente a ellos, con la idea de que todos podemos opinar. Eso cambia radicalmente el reconocimiento de qué es autoridad y respeto", apuntó. "Cuando un adulto consulta a su hijo cómo usar un aparato, eso tiene un correlato que no se relaciona con la tecnología. Son padres que, por distintas razones, también consultan a sus hijos sobre cuestiones de la vida, lo que antes era impensado".

Muchos adolescentes, plantea Balardini, ya no preguntan a los adultos qué hacer y deciden entre pares. Como en la web. "La figura del adulto perdió peso específico. Ya no hay tanta confrontación entre jóvenes y adultos como desconexión entre unos y otros, como si estuvieran en vías paralelas. Esta simetría no sucede porque la tecnología la impone, sino que transparenta circunstancias extratecnológicas".

El lugar de la escuela
En la escuela, los poderes mágicos que hace diez años se le atribuían al contacto con la computadora para mejorar el aprendizaje chocaron con dos evidencias: ni el acceso a la tecnología fue tan generalizado en las aulas argentinas, ni la tecnología por sí sola pudo mejorar los resultados de lo que aprenden los chicos.

Así, la pedagogía fue coincidiendo en lo que hoy es habitual sostener: enseñar nuevas tecnologías no es sólo adiestrar en su uso, sino también transmitir lo necesario para que tengan sentido y se puedan leer críticamente.

La recientemente iniciada política de distribuir una computadora por alumno en las escuelas estatales de todo el país es bien recibida por los expertos, pero con algunas alertas todavía encendidas.
Con varios años de experiencias de todo tipo, se sabe hoy que la presencia de computadoras y conectividad achica la brecha para los chicos más pobres, genera autonomía de aprendizaje, pone a familias enteras en contacto con el mundo y abre oportunidades pedagógicas impensadas. Eso, claro, si está acompañada por un plan pedagógico, formación docente y un sentido para su uso.

"La escuela ya es una tecnología, diseñada hace 150 años, con los medios que existían entonces, que son el lápiz y el cuaderno, pero también la organización por materias y la separación de chicos por franjas de edad", describió Tarasow. "Si van a entrar computadoras allí, va a tener que cambiar toda la estructura escolar y ése es el punto de resistencia".

Lugo prefiere cambiar "inmigrantes" por "colonos" digitales para pensar en los docentes: "Los nuevos formatos de escuela no sólo deberían apuntar a saber leer, escribir y tener conocimientos básicos de cálculo, sino a cómo acceder a la información, transformarla en conocimiento y usarla éticamente. Esa dimensión axiológica sólo la puede enseñar la escuela, y es lo que puede permitirle recuperar un sentido".
© LA NACION

14 jul 2010

Nuevos hábitos de lectura. Lectura en pantallas

Por: José Antonio Vázquez

No hace falta repasar la historia de la cultura oral y escrita –ya lo hizo muy bien, entre otros, Alberto Manguel en Una historia de la lectura- para saber que con cada cambio, en cuanto a la naturaleza de los textos se refiere, llegaban también nuevos hábitos, no exentos de crítica y suspicacias. Los hábitos son modos de proceder que tiene cada persona de manera instintiva, y con los que se maneja en el mundo. Los hábitos de lectura hace tiempo que ya han cambiado y este cambio lo ha provocado Internet. La novedad de este nuevo hábito de lectura es que están siendo los medios impresos los que se están adaptando a la costumbre de leer cada vez más en pantallas, en cualquier lugar, gracias a cualquier soporte. No ha habido que inventar nada como la imprenta; los ordenadores y la Red ya estaban aquí. Por tanto, el nuevo hábito de leer en pantallas no es tan nuevo. El cambio que sucede a esta manera de leer sólo atañe a partir de ahora apenas a cuestiones técnicas, de mejora, para que las pantallas en las que hacemos gran parte de nuestras lecturas sean cada vez más amables y cómodas, como ya lo son algunas.

Es posible que hasta los más “ávidos lectores” en realidad lean más tiempo delante del ordenador que libros impresos. Una vez más tenemos que recordar, antes de seguir avanzando, que esta tendencia se va a incrementar según crezcan las generaciones nativas digitales. No vamos a entrar otra vez en la discusión de que si el papel es mejor (porque es con lo que he crecido) o que si los libros electrónicos no son libros o que si leer en una pantalla no es leer (tampoco lo era hacerlo en edición de bolsillo en la parada de autobús cuando se popularizó este formato). Sobre todo porque, insisto, todos leemos con pantallas (el 78% de la población sobre el 68%) por alguna razón u otra, desde la más profesional (investigación, búsqueda de información, consulta, estudio, foro de discusión, etc.) hasta la más aparentemente trivial (redes sociales, blogs, navegar por Internet, leer correos electrónicos, “hojear” revistas digitales, páginas web, etc.).

Otra de las premisas de las que se parte cuando se habla de hábitos de lectura es desde la idea de que leer sólo significa leer libros. Es más, sobre todo en el ámbito del libro, a veces nos creemos –con cierta lógica gremial algo egocéntrica- que leer es sólo leer a Kant o Tolstoy, y enseguida olvidamos que, incluso nosotros mismos, pasamos más tiempo leyendo otras cosas en lugar de los libros a lo que nos gustaría dedicar más horas. De nuevo, para observar debemos tomar distancia con respecto a nuestros gustos personales, hábitos propios y costumbres cercanas, y pensar en cómo actúan y van a actuar las nuevas generaciones de lectores. Leer no es sólo sentarse en la butaca favorita junto a una luz ideal y disfrutar de una buena edición de nuestro clásico preferido. Sabemos que este tipo de lector es la minoría. Y este tipo de lector también ha adquirido el hábito, antes de recogerse en su cómoda butaca, de pasar largos ratos delante de una pantalla para leer, lo que sea. Y esta tendencia va a ir a más.

La buena o mala costumbre de leer en pantallas.

Ante esta evidente costumbre que compartimos la mayoría, habría que analizar detenidamente la transformación de ciertos hábitos como el de la lectura, no necesariamente malos por el hecho de ser otro al que hemos practicado hasta hace unos años. Existen tantas lecturas como tipos de texto. Cada lectura requiere su tiempo y su atención (en este sentido continúa siendo interesante la diferenciación que ha establecido Scolari, siguiendo a Cavallo, G. y R. Chartier, entre lectura “intensiva” y “extensiva”, en profundidad la una, más superficial y multimedia la otra. Está bien como punto de partida, aunque se podrían matizar aún más a raíz de las diferencias entre los soportes y los contenidos). Hay diversos estudios que afirman que la lectura online es una lectura más fragmentaria, que dedica menos atención al texto en profundidad y más al conjunto general de ideas, el tipo de lectura que se hace de páginas web o incluso prensa online, pero también en papel: ¿Quién se lee el periódico de principio a fin? Hojeamos, miramos titulares, vamos y venimos según el interés que tenemos por las noticias, etc. Otra cosa es leer una novela o un ensayo.

La diferencia estriba en el mismo hábito. Si siempre se ha leído en papel, nos puede resultar cansado leer una novela en la pantalla. Sin embargo, parece que todos nos hemos habituado a leer la prensa online –la edición de prensa online ha crecido un 40% en el último año, y son ya 21 millones de lectores del New York Times en su formato digital-, y poco a poco lo vamos haciendo con manuales o libros a los que sólo podemos acceder a través de la red y gracias a la digitalización. En un interesante y extenso estudio sobre el futuro de Internet, el 65% de los encuestados considera que la red mejorará la comprensión lectora y de escritura; por el contrario, el 32% consideran que Internet ha disminuido la capacidad de comprensión, no sólo lectora

Se afirma que la lectura en pantallas favorece la distracción en detrimento de una lectura que potencie la atención y el pensamiento crítico (existen programas para despejar una página web y dejar el texto limpio en la pantalla), pero se parte desde la idea de la lectura en papel. Lo cierto es que los nuevos hábitos traerán una nueva configuración del pensamiento que no tiene que ser necesariamente inferior. En las generaciones que han crecido con los ordenadores se han detectado mayores índices de alfabetización y una mayor capacidad para el razonamiento complejo. La lectura en Internet ha resultado ser una gimnasia cerebral en muchos aspectos neurológicos. Si bien, otros estudios indican que el papel favorece la comprensión lectora. Todavía no hay datos de lectores que sólo hayan leído en pantallas.

El cerebro muestra una gran capacidad de adaptación, mucho más rápida que la voluntad que revelan sus respectivos dueños. Un adagio de los científicos que trabajan sobre la inteligencia social dice que el ser humano se resiste a los cambios, pero que se adapta fácilmente a ellos. Lo que en principio nos cuesta, acaba por no resultarnos tan incómodo. Habrá generaciones que no necesiten tal adaptación porque tendrán el hábito desde siempre. Es cierto que las pantallas y soportes móviles no siempre están pensados para el tipo de lectura que hacemos en un texto impreso. Salvo en el caso de los e-Readers, que tratan de imitar la misma sensación, para la lectura en un ordenador, en un iPhone o en una tableta tipo iPad ya se están configurando los formatos de acuerdo a estas nuevas formas de acceder a ella. La tinta electrónica, E Ink, no supone el mismo cansancio para la vista, con la luz adecuada. A su vez, para evitar la inhibición de melanina, la excitación que supone en ocasiones la retroiluminación de cierto tipo de pantallas al estar mucho tiempo expuestos a ellas, se está experimentando con pantallas que adopten los dos modelos: tinta electrónica y retroiluminación: las pantallas mixtas.

Las posibles alteraciones oculares, sensación de fatiga, por la excesiva exposición de los ojos sobre estas pantallas ya están dejando de ser un problema, si realmente lo han sido en todos los casos. El Dr. Travis Meredith, director del departamento de oftalmología de la Universidad de Carolina del Norte, ha llegado a laconclusión de que son otros muchos malos hábitos los causantes de esta fatiga, y no la tecnología. Las últimas pantallas de LCD no tienen que ver con las de nuestros primeros ordenadores o las de las televisiones de sólo hace unos años. Ante toda lectura, en papel o en pantalla, existen una serie de normas para evitar problemas de atención y oculares, como tener una buena postura, leer con la luz apropiada, hacer pausas durante la lectura y estar a una distancia prudencial del texto. Sabemos que un papel ahuesado es más amable que el blanco, como el de los folios, que, junto a determinado tipo de luz, puede ser muy molesto y provocar incluso dolores de cabeza, según la sensibilidad del lector (para la lectura continuada, oculistas y neurólogos recomiendan la bombilla azul). Hay otras cuestiones en cuanto a la vista cansada que atañen a la edición de los textos, también universales en cualquier formato: una buena maquetación y, sobre todo, una tipografía adecuada y clara. Con los libros digitales los editores ya no tienen que ajustar interlineados y márgenes en cajas hasta el límite de la hoja para ahorrar papel; nuestra vista lo agradecerá.

Nada impide pensar –solventados los problemas técnicos- que si las generaciones que nunca hubieran pensado que iban a pasar tantas horas leyendo delante del ordenador se han habituado a hacerlo, y durante mucho tiempo, las nuevas no sean capaces de leer una novela en una pantalla sin problema. Todavía nos faltan datos para saber qué diferencias se pueden establecer entre la lectura en papel y en pantalla, diferencias que no significan necesariamente que una sea mejor que otra, como afirma la conocida científica noruega Anne Mangen, que estudia nuestro comportamiento lector desde hace años. Y no hablamos de la que, a día de hoy, nos resulte más cómoda y para según qué tipo de lectura. Una vez más es cuestión de educación y de hábitos generacionales.

Presuponer que los niños se vuelven cómodos con Internet y no van a volver a ser capaces de leer un libro porque la web es más divertida es generalizar demasiado y dejar en manos de ellos mismos su propia educación. Lo cierto es que si un niño o joven quiere leer, se le inculca la necesidad -al menos a esas edades- de la lectura, lo hará, y es muy posible que lo haga en alguna pantalla, y aún más posible que con menores distracciones que nosotros porque conocerá mejor el medio. Si bien es cierto que es diferente la educación lectora que el hábito de lectura, la introducción de las TIC es las escuelas van acercar ambos conceptos sustancialmente. “A pesar de” Internet, los índices de lectura infantil se han mantenido estables en estos diez años, incluso han aumentado.

Los nuevos hábitos en el ámbito educativo.

Mientras se consigue que la lectura en pantallas sea más amable y la plasticidad de nuestro cerebro se adapta a una lectura continuada en pantallas, acostumbrado como está al papel, los datos de lectura de contenidos digitales señalan que esta tendencia va en aumento y, al contrario de lo que se cree, en función del hábito de leer, estudiar y trabajar con el ordenador. La evidencia es la cantidad de tiempo y uso que le dedicamos al ordenador y a la red, tanto en el ámbito universitario como de trabajo. Antes que dispositivos de lectura específicos como el Kindle, Papyre, iPhone, Sony Reader, iPad, etc., a día de hoy casi la mitad de los lectores que adquieren ebooks lo hacen para leer en el ordenador.

Las universidades y bibliotecas no son ajenas a esta tendencia. Por una parte, las bibliotecas están adaptando sus infraestructuras a la digitalización. Por otra, las universidades están ya en el proceso de digitalización de los textos (eTexts), con los que ya trabajan estudiantes y profesores. El observatorio JISC, que se dedica a la investigación del impacto, comportamiento y desarrollo de nuevos modelos de negocio alrededor de los ebooks y libros de texto electrónicos, concluye en su último estudio que el 64,6% de alumnos y profesores de las universidades del Reino Unido en las que han lleva a cabo su investigación utilizan libros digitales. Ya en el 2008 el 53% de los estudiantes con contenidos digitales sólo leían en la pantalla del ordenador. Los datos de ese mismo año en nuestro país señalaban que el 51% de los estudiantes optarían “frecuente o muy frecuentemente” por usar versiones electrónicas de los libros antes que versiones impresas, frente al 32% que “a veces” prefieren los libros electrónicos. Sólo un 17 % afirmaba que siempre usaba la versión impresa. En ambos ejemplos, es muy posible que los porcentajes disminuyesen con estudios de humanidades, donde la relación con el libro impreso es otra.

En Francia, un estudio señalaba recientemente que el 48% de los que ya han probado un ebook destaca la comodidad de la lectura como una de las ventajas de este formato. El porcentaje es aún mayor -73%- entre los que ya son lectores habituales de ebooks. Y el interés aumenta a medida que se lee más, es decir, que se es unlector habitual.

Los nuevos hábitos llevan a nuevas formas de expresión.

Con estos datos está muy claro que la lectura en pantalla va a ocupar cada vez más el lugar que antes lo hacía el papel. En el ámbito de la prensa escrita ya hemos visto que está siendo así. Determinado tipo de libro o género tardará más tiempo en ser leído en formato digital, y una vez más los bestseller serán –ya lo son- la punta de lanza de los ebooks; el lector de bestsller es el lector mayoritario de libros. Los cambios están tan cerca que ya existen nuevas creaciones, quizá nuevos géneros, que se adecuan a los nuevos soportes de escritura y de lectura. Tanto en lectura online como para libros digitales. La característica que mejor define un texto online es el hipervínculo. La lectura online no es lineal, es más explorativa.

Sobre la lectura online podemos ver diversos ejemplos de cómo un texto puede ser leído de un modo que facilita su comprensión. Un buen ejemplo de ello es la edición online del Finnegans Wake, de James Joyce; un texto de por sí difícil y que en su versión en red favorece una lectura, precisamente, sin distracciones. Otro ejemplo es una edición del Cándido de Voltaire, llevada a cabo por la Biblioteca Pública de Nueva York.

UnCándido 2.0 para la lectura online en el que caben todo tipo de comentarios, aclaraciones, relaciones, etc., siempre y cuando sean pertinentes. Un texto social sobre el que se puede debatir, apuntar, compartir relaciones, pero respetando el texto original del autor. Otra cosa son los nuevos experimentos en los que la obra quede abierta por voluntad de su autor y en colaboración con sus potenciales lectores. En las últimasjornadas de ANELE tuvimos ocasión de escuchar las interesantes propuestas al respecto de Peter Brantleysobre la posibilidad de interacción y la autoría o de Tíscar Lara a propósito de las competencias digitales y el conocimiento abierto, más enfocado a la educación.

Las posibilidades de narración pueden ir más allá del hipertexto y alcanzar las cotas de lo multimedia. No vamos a entrar aquí en si es o no es literatura, pero lo cierto es que como posibilidad ya existen ejemplos, y sobre la calidad, sean o no géneros nuevos o tonterías interconectadas, quizá todavía es demasiado pronto para juzgarlos. Como en cualquier ámbito creativo, las obras son buenas o son malas, sin entrar a valorar cómo o por quién están hechas, aparte de los gustos personales, claro. Desde las micronovelas para el iPhone, superventas en Japón, a otros ejemplos de la llamada webliteratura, se abren nuevas formas de expresión que hacen de los experimentos con nocilla algo obsoleto, si no lo eran ya antes. Son tales las diferentes posibilidades de leer hoy en día que se están creando plataformas para debatir estas nuevas formas de expresión que unen la literatura con las nuevas tecnologías. Un ejemplo muy reciente de esto es The Literary Platform. En España están haciendo un trabajo importante sobre literatura digital y electrónica desde el Portal de Literatura Electrónica Hispánica, alojado en el proyecto Cervantes Virtual, con un interesante blogsobre las novedades de estos nuevos posibles géneros.

Como es lógico, nuevas maneras de escribir y de leer conllevan nuevos modos de interpretar y pensar: En Portugal, José Afonso Furtado, desde una perspectiva textual, o en Francia Jean Philippe Pastor, desde una perspectiva más cercana a la filosofía con claras influencias derrideanas, están profundizando en las consecuencias de la hipertextualidad, los textos digitales, el metadato y cómo repercute no sólo en la creación textual sino también en un nuevo modo de pensar y entender el mundo, un nuevo mundo interconectado y multimedia que requiere una nueva revisión hermenéutica. Aquí, desde una perspectiva textual o de lectura, Antonio Rodríguez de las Heras o José Antonio Millán, entre otros, también dirigen su mirada en sus análisis a los cambios fundamentales que suponen tanto la lectura como la escritura digital.

Lectura responsable

A partir de ahora podemos, expectantes, observar hacia dónde se van a dirigir las palabras, en compañía de qué otros modos de representar una idea o una historia. Hasta dónde va a llegar el texto y cómo van a seguir afectando estos cambios a nuestra manera de leer. En pantallas. El debate sobre el libro y su mística (Blanchot, Steiner), y con él el del texto y sus variaciones (Bajtín, Barthes, Genette, Derrida, Deleuze, Iser y Jauss, etc.), toma ahora un nuevo sentido cuando pensamos en las posibilidades de la lectura y escritura en o para las pantallas. El “ruido” que provocan las imágenes alrededor de un texto, las distracciones de un género interdisciplinar, multimedia o sencillamente hiperanotado son sólo tales si el lector no se compromete con lo que está leyendo. No es la primera vez que sugiero que este tipo de lectura no lineal requiere de un lector más responsable –más aún que lector de libros impresos-, que sepa conducirse durante la lectura.

Las posibilidades de lectura se han multiplicado. El tiempo que pasamos leyendo también, cualesquiera sean los tipos de texto. El genial George Steiner ha escrito, en un alarde de exageración aristocrática que a él se le puede permitir, que “los libros de bolsillo no forman una biblioteca”. Me temo que si miramos con esa perspectiva al futuro no vamos a tener ninguna biblioteca en casa y, sin embargo, nunca vamos a dejar de leer.

Fuente: http://www.dosdoce.com/articulo/opinion/3516/nuevos-habitos-de-lectura-lectura-en-pantallas/

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