tag:blogger.com,1999:blog-63460048925054252472024-03-19T02:23:19.871-07:00RINCON DEL BIBLIOTECARIOLa idea es crear un espacio para el comentario, la información, la reflexión, el conocimiento y la amistad entre los bibliotecarios del mundo. Se incluyen noticias y notas de actualidad relacionada con el libro, las bibliotecas, los bibliotecarios y el desarrollo personal.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/10910925058918229848noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-6346004892505425247.post-83856446688344917812018-08-07T04:53:00.001-07:002018-08-07T04:53:59.816-07:00Tsundoku, el arte de acumular libros por placer<br />
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><img alt="Tsundoku, el arte de acumular libros por placer" height="360" src="https://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p5/WebSite/2018/08/03/Recortada/img_rquelart_20180803-153920_imagenes_lv_terceros_mujer_almacena_un_libro-kX0D-U451198229871lqC-992x558@LaVanguardia-Web.jpg" width="640" /></span></div>
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><br />
</span> <span style="font-family: "verdana" , "sans-serif";"><span style="font-size: large;">Para todos aquellos que disfrutan husmeando en librerías y bibliotecas y terminan comprando nuevos volúmenes, existen varias técnicas de orden</span><span style="font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Disfrutar husmeando en bibliotecas y librerías tiene un riesgo que, para muchos, es un auténtico placer: terminar acumulando libros apilados o en las estanterías por encima de nuestras posibilidades. Este acopio de tomos tiene un nombre concreto en japonés: tsundoku . Un término que ya se ha comenzado a utilizar en los cinco continentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">El tsundoku se puede traducir popularmente como “<b>bibliomanía</b>”. Este concepto describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos. La palabra viene de los términos de la jerga popular japonesa tsunde-oku, que quiere decirapilar cosas para luego y marcharse, y dokusho, que significa leer libros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif";"><span style="color: blue; font-size: large;">El tsundoku</span><span style="font-size: 12.5pt;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Un concepto japonés que describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos.</span><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><br />
</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">A primera vista, puede parecer que el tsundoku lo ‘practican’ personas sombrías que acuden a las librerías con ese afán de seguir alimentando la pila. Sin embargo, es más que probable que todos los amantes de la lectura dispongan de ejemplares en sus bibliotecas que no han terminado de leer, ya sea porque no les convence el argumento, porque buscan sin éxito esos 15 minutos que permita darles una oportunidad, o bien porque esperan a que llegue ese momento de relax que permita devorarlos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Y es que, para muchos, estar rodeados de libros aporta una sensación reconfortante y la tranquilidad de tener más conocimientos y entretenimientos a mano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><span style="color: blue;"><b>La visión de Marie Kondo</b></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Su objetivo y recomendación pasa por tener una colección de libros lo más pequeña posible</span>.<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">El día a día y las rutinas ajetreadas pueden ser algunos de los motivos que llevan a esta situación y no por eso faltan a sus costumbres de adquirir por placer. Para todos aquellos que disfrutan husmeando en librerías y bibliotecas y terminan comprando nuevos volúmenes, existen varios métodos de orden. Algunos a favor del tsundoku y otros en contra.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><br />
</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">En el grupo de estos últimos se encuentra la precisamente japonesaMarie Kondo, autora, empresaria y consultora que ha escrito cuatro libros sobre el arte de organizar. La gurú del orden nipona defiende que para tener una librería bien estructurada es importante contar sólo con esos ejemplares a leer. Es por eso que su objetivo y recomendación pasa por tener una colección de libros lo más pequeña posible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Para ello, es necesario sacar todos los volúmenes y ponerlos en el suelo. A continuación, hay que organizarlos en dos montones diferenciando entre los que se van a leer de los que se van a donar. Para hacer dicha distinción, Kondo defiende el poder de la energía. De esta manera se consigue hacer una limpieza importante con una librería llena de obras que aportan energía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Disfrutar husmeando en bibliotecas y librerías tiene un riesgo que, para muchos, es un auténtico placer: terminar acumulando libros apilados o en las estanterías por encima de nuestras posibilidades. Este acopio de tomos tiene un nombre concreto en japonés: tsundoku . Un término que ya se ha comenzado a utilizar en los cinco continentes.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">El tsundoku se puede traducir popularmente como “bibliomanía”. Este concepto describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos. La palabra viene de los términos de la jerga popular japonesa tsunde-oku, que quiere decirapilar cosas para luego y marcharse, y dokusho, que significa leer libros.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><span style="color: blue;"><b>El tsundoku</b></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Un concepto japonés que describe la sensación de tener un hogar con libros apilados por el simple placer de verlos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">A primera vista, puede parecer que el tsundoku lo ‘practican’ personas sombrías que acuden a las librerías con ese afán de seguir alimentando la pila. Sin embargo, es más que probable que todos los amantes de la lectura dispongan de ejemplares en sus bibliotecas que no han terminado de leer, ya sea porque no les convence el argumento, porque buscan sin éxito esos 15 minutos que permita darles una oportunidad, o bien porque esperan a que llegue ese momento de relax que permita devorarlos.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Y es que, para muchos, estar rodeados de libros aporta una sensación reconfortante y la tranquilidad de tener más conocimientos y entretenimientos a mano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">La visión de Marie Kondo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Su objetivo y recomendación pasa por tener una colección de libros lo más pequeña posible<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">El día a día y las rutinas ajetreadas pueden ser algunos de los motivos que llevan a esta situación y no por eso faltan a sus costumbres de adquirir por placer. Para todos aquellos que disfrutan husmeando en librerías y bibliotecas y terminan comprando nuevos volúmenes, existen varios métodos de orden. Algunos a favor del tsundoku y otros en contra.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">En el grupo de estos últimos se encuentra la precisamente japonesaMarie Kondo, autora, empresaria y consultora que ha escrito cuatro libros sobre el arte de organizar. La gurú del orden nipona defiende que para tener una librería bien estructurada es importante contar sólo con esos ejemplares a leer. Es por eso que su objetivo y recomendación pasa por tener una colección de libros lo más pequeña posible.<o:p></o:p></span></div>
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<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Para ello, es necesario sacar todos los volúmenes y ponerlos en el suelo. A continuación, hay que organizarlos en dos montones diferenciando entre los que se van a leer de los que se van a donar. Para hacer dicha distinción, Kondo defiende el poder de la energía. De esta manera se consigue hacer una limpieza importante con una librería llena de obras que aportan energía.<o:p></o:p></span></div>
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<br /></div>
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<iframe allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen="" frameborder="0" height="515" src="https://www.youtube.com/embed/u62K_iU9PgQ" width="760"></iframe><br /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Por el contrario, para todos aquellos amantes del tsundoku existen otros métodos de organización que permiten seguir acumulando ejemplares. Los libros se pueden ordenar según criterios diferentes: temas, autores, colecciones o títulos siguiendo un orden alfabético.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">De todos estos parámetros, dependen también los distintos formatos y tamaños de los volúmenes. Conviene combinar criterios para evitar que queden huecos en las estanterías y se desaproveche el espacio disponible. Además, es recomendable reservar para las obras grandes la parte superior de las estanterías, ya que tienen tipografías de dimensiones destacadas que resultan más fáciles de diferenciar desde una distancia mayor mientras que los pequeños quedarán a la altura de los ojos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><span style="color: blue;"><b>Otros métodos de organización</b></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Los libros se pueden ordenar según
criterios diferentes: temas, autores, colecciones o títulos siguiendo un orden
alfabético</span>.<span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">No hay que olvidar que, al final, la estantería de los libros es un espacio dinámico que puede estar siempre en movimiento. Si lo habitual es que se sumen libros, se puede dejar un estante destinado a las incorporaciones, o bien a las obras de próxima lectura, en un lugar a mano antes de ubicarlas en el que será su sitio definitivo en la biblioteca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">Con respecto al préstamo de libros, si alguien cede muchos ejemplares de su propiedad existe una variante decorativa que funciona como recordatorio: siluetas que se ubican entre los ejemplares en el lugar del libro faltante. Con ellas, es fácil reconocer a simple vista cuántos se han prestado. Claro que, quizás el no obtenerlos de vuelta también ayuda a evitar la acumulación de tomos que no tienes intención de volver a leer.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;"><img alt="LibrerÃa doméstica" src="https://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p5/WebSite/2018/08/03/Recortada/img_rquelart_20180803-153919_imagenes_lv_terceros_orden_libros-kv2C--656x437@LaVanguardia-Web.jpg" /></span><br />
<br />
<div class="csl-bib-body" style="line-height: 1.35; margin-left: 2em; text-indent: -2em;">
<div class="csl-entry" style="text-align: left;">
Fuente bibliogràfica</div>
<div class="csl-entry" style="text-align: left;">
Tsundoku, el arte de acumular libros por placer. <i>La Vanguardia</i>, <span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; text-align: start; text-indent: 0px;">06/08/2018</span><span style="text-indent: -2em;">. [Consulta: 7 agosto 2018]. Disponible en: </span><a href="https://www.lavanguardia.com/libros/20180806/451198229871/tsundoku-acumular-libros.html" style="text-indent: -2em;">https://www.lavanguardia.com/libros/20180806/451198229871/tsundoku-acumular-libros.html</a><span style="text-indent: -2em;">. </span></div>
<span class="Z3988" title="url_ver=Z39.88-2004&ctx_ver=Z39.88-2004&rfr_id=info%3Asid%2Fzotero.org%3A2&rft_val_fmt=info%3Aofi%2Ffmt%3Akev%3Amtx%3Adc&rft.type=webpage&rft.title=Tsundoku%2C%20el%20arte%20de%20acumular%20libros%20por%20placer&rft.description=Disfrutar%20husmeando%20en%20bibliotecas%20y%20librer%C3%ADas%20tiene%20un%20riesgo%20que%2C%20para%20muchos%2C%20es%20un%20aut%C3%A9ntico%20placer%3A%20terminar%20acumulando%20libros%20apilados%20o%20en%20las%20estanter%C3%ADas%20por%20encima%20de%20nuestras%20posibilidades....&rft.identifier=https%3A%2F%2Fwww.lavanguardia.com%2Flibros%2F20180806%2F451198229871%2Ftsundoku-acumular-libros.html&rft.date=2018-08-05"></span></div>
</div>
<br /><div class="blogger-post-footer">Rincón del Bibliotecario</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/10910925058918229848noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6346004892505425247.post-54905641080983006092017-07-20T03:53:00.000-07:002017-07-20T03:53:08.089-07:00«Tsundoku», la irresistible pasión de acumular libros<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;">Por:
<b>María Luisa Funes</b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #546e7a; font-family: , serif; text-align: left;"><span style="font-size: x-large;">El uso de este vocablo japonés comienza a hacerse habitual. En la era digital la «bibliomanía» se extiende: atesorar más volúmenes de los que se pueden leer.</span></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-uvMeOSxy2oQ/WXAgPMeoOPI/AAAAAAAAHFs/NLFvfvHPm8UT9Fn3dwVbrC1cCEv-_I37wCLcBGAs/s1600/bibliomania-acumular-libros-kjuE--620x349%2540abc.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="620" height="360" src="https://3.bp.blogspot.com/-uvMeOSxy2oQ/WXAgPMeoOPI/AAAAAAAAHFs/NLFvfvHPm8UT9Fn3dwVbrC1cCEv-_I37wCLcBGAs/s640/bibliomania-acumular-libros-kjuE--620x349%2540abc.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.0pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">Para
los que imaginamos, como Borges, que <b>el paraíso debe ser algún tipo de
biblioteca,</b> la Feria del Libro es un peligro y un placer a
partes iguales. Encubre el llamado </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">tsundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">, una
manía que nos impulsa a acumular libros.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">Cual
ludópatas a las puertas de un casino, al acercarnos a las casetas de la Feria
del Libro sentimos una extraña emoción, un <b>«yo-que-sé»</b>, una especie
de hormigueo de curiosidad y una cierta disposición a aflojar la
billetera. Se agolpan los visitantes frente al puesto de una librería de nombre
extraño y nos acercamos para ver qué se está cociendo. Un escritor de novelas
románticas en los «cincuentaymuchos» atesora una larga cola de fans. Sus
lectoras esperan ávidas el turno de saludar al novelista, quizás con el afán de
hacerse un selfie para saciar la sed de mostrar todo en las redes sociales.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">El caso
es que para aquellos que disfrutan husmeando en librerías y bibliotecas para
acabar comprando nuevos volúmenes, es casi <b>inevitable terminar
acumulando más libros de los que lleguen a leer</b>. Ya sea porque al
final el libro no era tan bueno como imaginaban, porque el tema dejó de
interesarles, porque el autor les aburrió en la página 14 o porque un nuevo
tomo se llevó toda la atención, los aficionados a la lectura suelen tener
libros sin acabar de leer. O incluso algunos sin empezar a leer. Y el que no lo
reconozca, miente.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">Ahora,
esta especie de síndrome de querer poseer más libros de los que se han leído –o
se van a poder leer nunca–, tiene un nombre concreto en japonés. Es un término
que ya se ha comenzado a utilizar en los cinco continentes: </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">tsundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">. Se podría
traducir precariamente como <b>«bibliomanía»</b> y se describe como
el síndrome por el cual se adquiere material de lectura que luego queda apilado
en casa sin leer. La palabra viene de los términos de la jerga casual japonesa:
tsunde-oku, que quiere decir «apilar cosas para luego y marcharse», y
dokusho, que significa leer libros. La conjunción de ambos resulta en </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">tsundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<o:p></o:p>
<o:p></o:p>
<o:p></o:p>
<o:p></o:p>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">Y es
que, para muchos, estar rodeados de libros aporta una sensación placentera y
reconfortante, da la tranquilidad de tener más conocimientos y entretenimientos
a mano. Y quizás, comprar libros sin fin no sea otra cosa que seguir buscándose
a sí mismo en cada uno de ellos. En el caso de los que sufren </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">tsundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">, lo
curioso es que el coleccionista/lector en realidad no desea dejar su vicio; es
más, se gasta una fortuna que va in crescendo en libros y suele atiborrar de
arriba a abajo cualquier espacio disponible en sus estanterías, acudiendo a
apilar volúmenes en el suelo si es necesario. Dado que ninguna palabra en
español se refiere a este hábito de comprar libros compulsivamente para
terminar dejándolos apilados sin leer, aceptaremos </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">tsundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;"> –o </span><b><span style="color: #00b0f0; font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 12.5pt;">sundoku</span></b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: 12.5pt;">– como
libro de compañía.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<br />
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
Fuente bibliográfica<br />
<div class="csl-bib-body" style="line-height: 1.35; padding-left: 2em; text-indent: -2em;">
<div class="csl-entry">
FUNES, MARÍA LUISA, 2017. «Tsundoku», la irresistible pasión de acumular libros. <i>abc</i> [en línea]. [Consulta: 20 julio 2017]. Disponible en: http://www.abc.es/sociedad/abci-tsundoku-irresistible-pasion-acumular-libros-201706020830_noticia.html. </div>
<span class="Z3988" title="url_ver=Z39.88-2004&ctx_ver=Z39.88-2004&rfr_id=info%3Asid%2Fzotero.org%3A2&rft_val_fmt=info%3Aofi%2Ffmt%3Akev%3Amtx%3Adc&rft.type=webpage&rft.title=%C2%ABTsundoku%C2%BB%2C%20la%20irresistible%20pasi%C3%B3n%20de%20acumular%20libros&rft.description=El%20uso%20de%20este%20vocablo%20japon%C3%A9s%20comienza%20a%20hacerse%20habitual.%20En%20la%20era%20digital%20la%20%C2%ABbiblioman%C3%ADa%C2%BB%20se%20extiende%3A%20atesorar%20m%C3%A1s%20vol%C3%BAmenes%20de%20los%20que%20se%20pueden%20leer&rft.identifier=http%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fsociedad%2Fabci-tsundoku-irresistible-pasion-acumular-libros-201706020830_noticia.html&rft.aulast=Funes%2C%20Mar%C3%ADa%20Luisa&rft.au=Funes%2C%20Mar%C3%ADa%20Luisa&rft.date=2017-06-02"></span></div>
<br /><div class="blogger-post-footer">Rincón del Bibliotecario</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/10910925058918229848noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6346004892505425247.post-78506030313825943102017-03-13T05:02:00.000-07:002017-03-13T05:02:08.903-07:00El hombre que murió aplastado por una avalancha de libros (y otros objetos)<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Por: <b>Alejandro
Gamero </b><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><b><br /></b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-oV6iPlx6Ifw/WMaHo61wrEI/AAAAAAAAG78/QtNAspB8YCs2S3pzV-eQEbR1Hhe-CvawQCLcB/s1600/article-2217953-1583F709000005DC-853_634x512.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="516" src="https://3.bp.blogspot.com/-oV6iPlx6Ifw/WMaHo61wrEI/AAAAAAAAG78/QtNAspB8YCs2S3pzV-eQEbR1Hhe-CvawQCLcB/s640/article-2217953-1583F709000005DC-853_634x512.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<a href="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F804000005DC-827_306x423.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Langley Collyer" border="0" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F804000005DC-827_306x423.jpg" /></a><span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Quisiera
detenerme en la cara menos amable de ese acaparamiento obsesivo compulsivo
centrándome en la historia de Langley Collyer, un hombre que murió en 1947
aplastado por una avalancha de libros. Quienes conozcan a Collyer ?y no es extraño
que así sea porque cualquiera no tiene un síndrome con su nombre? me dirán que
estoy haciendo trampas. Me dirán que Collyer</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;"> no era lo que se dice un
coleccionista empedernido de libros. Que no padecía esa enfermedad conocida
como </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">bibliomanía</b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">, que en japonés se
describe con una palabra tan poética como tsundoku, y que en sus fases más
avanzadas puede recibir el nombre de </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">bibliotafia</b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">,
cuando el que la padece llega al extremo de enterrarse con sus libros. Me dirán
que Collyer era acaparador de todo, que también coleccionaba camas plegables,
chatarra, pianos de cola o máquinas de coser. Me dirán que la avalancha que
aplastó a Collyer tenía, además de libros, varias toneladas de periódicos. Con
todo, la historia de Langley Collyer es la historia de lo que la obsesión por
acumular libros -o mucho de cualquier cosa- puede hacer.</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Langley
Collyer pertenecía a una familia neoyorkina de clase acomodada. Tras la muerte
de sus padres él y su hermano Homer se quedaron en la vivienda que los haría
célebres, una casa de cuatro pisos en el cruce entre la Quinta Avenida y la
calle 128 en Harlem, Manhattan. En principio el comportamiento de ambos
hermanos no era demasiado excéntrico ?solo lo suficiente?, pero todo cambió en
1933 cuando Homer perdió la vista debido a una hemorragia interna en los ojos.
Langley renunció a todo, incluyendo a su trabajo, para cuidar a su hermano y a
partir de ese momento ambos se fueron retirando del mundo y, a medida que
pasaba el tiempo y la Gran Depresión hacía estragos en Manhattan, los Collyer
fueron evitando salir al mundo y se enclaustraron cada vez más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<img alt="Parte de la biblioteca de los hermanos Collyer" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F720000005DC-261_634x474.jpg" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">La falta
de actividad física y el reumatismo hicieron que Homer quedara impedido, así
que los cuidados de Langley tuvieron que intensificarse. Las excentricidades de
la pareja de hermanos fueron aumentando con los años. Langley, que se negaba a
recurrir a profesionales médicos, estaba convencido de que podía conseguir que
su hermano recuperara la vista y para ello le suministraba una dieta basada en
la ingesta de cien naranjas semanales, supuestamente por los beneficios de la
vitamina C. Pensaba además que cuando Homer recuperara la vista querría ponerse
al día, así que empezó a almacenar libros y periódicos de forma compulsiva. Se
estima que Langley llegó a acumular <b>decenas
de miles de libros </b>y más de <b>doscientos
mil periódicos.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Pero la obsesión por acumular de Langley no se detenía en libros y periódicos.
Comenzó a aventurarse fuera de la casa después de la medianoche para caminar
kilómetros por toda la ciudad en busca de comida, que casi siempre conseguía
rebuscando en las basuras. También empezó a recoger y a llevar a casa todo tipo
de artilugios y materiales de deshecho, que con el tiempo llegaron a cubrirlo
todo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<img alt="Aspecto de una de las habitaciones de la casa" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F82D000005DC-413_634x475.jpg" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">En 1938
apareció un artículo sobre ellos en The New York Times en el que se
especulaba que el aislamiento de los hermanos podía deberse a que ocultaban
ingentes cantidades de dinero y que temían depositarlo en un banco o que les
robaran. Un rumor, por cierto, más infundado que verdadero, porque aunque
disponían de rentas familiares, con el tiempo se fueron empobreciendo, hasta el
punto en que dejaron de pegar electricidad, agua y gas ?y por tanto se les
cortó?. Sin embargo, como consecuencia del rumor se produjeron varios intentos
de robo en la casa de los Collyer, así que Langley echó mano de sus
conocimientos de ingeniería y construyó con la basura que había en la casa,
sobre todo con cajas y con chatarra, una serie de trampas y un laberíntico
sistema de túneles. A partir de ese momento los hermanos pasaron a vivir en nidos
que se habían fabricado entre los escombros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<img alt="Uno de los túneles de basura" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F58A000005DC-821_634x515.jpg" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Solo en
una ocasión pudo comprobarse el estado en que se encontraba el interior de la
vivienda. Fue en 1942, cuando la Caja de Ahorros Bowery puso en marcha los
trámites para desalojar a los Collyers por no pagar la hipoteca durante tres
años. La policía consiguió abrirse paso rompiendo la puerta principal y lo
primero que se encontró fue una pared de basura apilada hasta el techo.
Langley, que se encontraba en un claro entre los escombros, emitió un cheque por
el importe total de los tres años de hipoteca y los trabajadores se retiraron.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<a href="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F5A2000005DC-28_634x762.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="La policía examina uno de los relojes" border="0" height="320" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F5A2000005DC-28_634x762.jpg" width="266" /></a><span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">La
siguiente ocasión en la que alguien entró en la casa de los Collyers fue en
1947, debido a la muerte de ambos hermanos. El 21 de marzo de ese año alguno de
los vecinos alertó a la policía de que los hermanos no daban señales de vida
desde hacía bastante tiempo y que el olor a descomposición </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">que salía de la casa
era insoportable. Como la entrada estaba taponada por enormes bloques de
periódicos y toda clase de basura, el equipo de bomberos tuvo que hacer un
agujero en la azotea de la vivienda para entrar por el techo. Después de seis
horas de atravesar angostísimos pasadizos a través de objetos de todo tipo, se
encontró el cuerpo sin vida de Homer, sentado en una silla. El cuerpo de
Langley, que estaba a escasos metros del de Homer, no se pudo localizar hasta
dieciocho días después, bajo una montaña de libros y periódicos. Supuestamente
Langley habría muerto aplastado por un derrumbe -accionado quizá por una de sus
trampas- mientras trataba de acceder al lugar donde se encontraba su hermano
para darle de comer. Homer, sin poder hacer nada, había muerto de inanición.</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<img alt="Operarios limpiando la casa" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F75D000005DC-1_634x540.jpg" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">
La policía y los trabajadores quitaron aproximadamente unas 120 toneladas de
escombros y de basura en general. Entre los objetos retirados de la casa se
incluían coches de bebé, un cochecito de muñecas, bicicletas oxidadas, comida
en mal estado, una colección de armas de fuego, lámparas de araña de cristal,
la capota de un coche de caballos, bustos de yeso, órganos humanos en tarros
con vinagre, máquinas de rayos X, ocho gatos vivos, el chasis de un coche,
tapices, relojes, catorce pianos de cola, un clavicordio, dos órganos,
violines, trompetas, acordeones, un gramófono o un esqueleto humano. Y libros,
muchos libros, más de 25.000. Durante una semana miles de personas se agolparon
alrededor de la casa para asistir al espectáculo en que se convirtió la
limpieza de la vivienda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<img alt="Limpieza de la vivienda convertida en espectáculo" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/04/article-2217953-1583F669000005DC-288_634x476.jpg" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"> Tan
extrema se consideró la obsesión acaparadora de Langley que el <b>«síndrome de los hermanos Collyers»</b> se
ha pasado a considerar como un caso extremo y exagerado del <b>síndrome de Diógenes</b>. </span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<a href="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t1/76/9788493722876.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="homer y langley-edgar lawrence doctorow-9788493722876" border="0" src="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t1/76/9788493722876.jpg" /></a><span style="font-family: "Verdana","sans-serif"; font-size: 12.5pt; mso-bidi-font-family: "Courier New";">Entre los muchos
libros que hablan de la historia de los hermanos Collyers destaca una novelita
titulada <span style="color: #e69138;">Homer y Langley</span> escrita por el norteamericano Edgar Lawrence
Doctorow en 2009 y traducida al español por Miscelánea Editorial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12.5pt;">Un libro
muy recomendable que conviene tener en esa amenazante biblioteca que poco a
poco va creciendo hasta convertirse en algo monstruoso y nos va robando el
espacio vital.</span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="csl-bib-body" style="line-height: 1.35; padding-left: 2em; text-indent: -2em;">
<div class="csl-entry">
Fuente bibliográfico</div>
<div class="csl-entry">
GAMERO, ALEJANDRO, 2015. El hombre que murió aplastado por una avalancha de libros (y otros objetos). <i>La piedra de Sísifo</i> [en línea]. [Consulta: 13 marzo 2017]. Disponible en: http://lapiedradesisifo.com/2015/04/23/el-hombre-que-murio-aplastado-por-una-avalancha-de-libros-y-otros-objetos/. </div>
<span class="Z3988" title="url_ver=Z39.88-2004&ctx_ver=Z39.88-2004&rfr_id=info%3Asid%2Fzotero.org%3A2&rft_val_fmt=info%3Aofi%2Ffmt%3Akev%3Amtx%3Adc&rft.type=blogPost&rft.title=El%20hombre%20que%20muri%C3%B3%20aplastado%20por%20una%20avalancha%20de%20libros%20(y%20otros%20objetos)&rft.description=Con%20motivo%20del%2023%20de%20abril%2C%20D%C3%ADa%20del%20Libro%2C%20en%20muchas%20ciudades%20dentro%20y%20fuera%20de%20la%20geograf%C3%ADa%20espa%C3%B1ola%20se%20celebran%20innumerables%20actividades%20y%20eventos%20...&rft.identifier=http%3A%2F%2Flapiedradesisifo.com%2F2015%2F04%2F23%2Fel-hombre-que-murio-aplastado-por-una-avalancha-de-libros-y-otros-objetos%2F&rft.aulast=Gamero%2C%20Alejandro&rft.au=Gamero%2C%20Alejandro&rft.date=2015-04-23"></span></div>
<br />
<br />
<br />
<br /><div class="blogger-post-footer">Rincón del Bibliotecario</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/10910925058918229848noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6346004892505425247.post-18257174730497411672017-02-22T18:43:00.002-08:002017-02-23T03:39:15.560-08:00Thomas Phillipps, el hombre que intentó tener todos los libros del mundo<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">Por: <b>Alejandro Gamero</b></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"><b><br />
</b></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-_PE4RZy8SDE/WK5KcSGyBaI/AAAAAAAAG5k/FyNIutpXOp0FaG1tYih3-95-UuTgx-CZgCLcB/s1600/Thomas-Phillipps.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="600" src="https://1.bp.blogspot.com/-_PE4RZy8SDE/WK5KcSGyBaI/AAAAAAAAG5k/FyNIutpXOp0FaG1tYih3-95-UuTgx-CZgCLcB/s640/Thomas-Phillipps.jpg" width="490" /></a></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"><br />
</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">A diferencia de un lector cualquiera, incluso de los más vehementes, el bibliófilo ¿que a veces puede no ser lector? idolatra los libros más que por su contenido, sino también, por su materialidad física. Sin embargo, incluso en esta bibliopatología existen grados. La bibliofilia alcanza su nivel más extremo cuando la obsesión por los libros se convierte en una locura capaz de condicionar o de devorar la vida de una persona y la de aquellos que lo rodean ¿<span style="color: blue;">y sino que se lo digan a Langley Collyer, que murió aplastado por una avalancha de libros sin ser bibliófilo</span>?. Entonces, más que de bibliofilia habría que hablar de bibliomanía. No es que haya habido muchos chiflados que encajen en el perfil del bibliómano, <b>pero haberlos los hay</b>, y entre ellos destaca, muy por encima del resto, Thomas Phillipps, de quien podría decirse que más que bibliómano es bibliomaníaco de manual, si es que hubiera manuales de bibliomanía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"> Nacido en 1792, Phillipps era hijo ilegítimo de un fabricante textil del que heredó una mansión que le serviría para albergar el que sería el proyecto de su vida, la mayor colección de libros y manuscritos que una sola persona haya conseguido reunir en el siglo XIX. Phillipps entró en el mundo de la bibliofilia pisando fuerte: con seis años ya tenía una colección que superaba el centenar de libros. Aunque fue a partir de su época de estudiante cuando decidió iniciarse en serio en el coleccionismo de libros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"><br />
</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"> </span><img alt="Residencia cerca de Broadway, en Worcestershire" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/05/Broadway_Tower_2012.jpg" height="424" width="640" /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"><br />
</span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">Con los años el desdichado Phillipps comenzó a adoptar unos hábitos capaces de echar a temblar a cuantos libreros lo veían aparecer por la puerta. Y es que no era extraño que entrara en una librería y comprara todos sus libros, así, directamente, por kilos. También compraba catálogos enteros ?de esos que te llegan a casa? y lotes completos de libros en las subastas. En una ocasión se atrevió a pujar contra la Biblioteca Británica y les arrebató un preciado lote de libros. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">Se calcula que la biblioteca de Phillipps llegó a contener unos 40.000 libros impresos y unos 60.000 manuscritos, la colección individual más grande de todo el siglo XIX. Según el escritor Alan Noel Latimer Munby el redomado bibliómano llegó a gastar entre doscientas mil libras y un cuarto de millón, con una media de cuatro o cinco mil libras al año, llevando a su familia a la más absoluta ruina. «Quiero tener todos los libros del mundo», le escribió a un amigo, y siendo francos, aunque no lo consiguió empeñó no le faltó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoPlainText" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">De las veinte habitaciones que había en su residencia, cerca de Broadway, en Worcestershire, dieciséis estaban destinadas a albergar libros. En 1850 decidió mover su biblioteca, temeroso de que el día de mañana sus herederos pudieran quedársela, y la trasladó a una mansión en Cheltenham. 250 hombres y 125 carros tuvo que contratar el amante de los libros para poder moverlos y hacerlo le llevó dos años.<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"><br />
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<img alt="Nueva residencia en Cheltenham" src="http://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2015/05/800px-Thirlestaine_House_Cheltenham.jpg" height="480" width="640" /></div>
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<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">En 1872 Phillipps moría y sucedió un episodio que demuestra la futilidad de cualquier empresa humana. Contra la última voluntad del difunto su espectacular colección se diseminó por todo el mundo. En sus últimos años Phillipps había estado en negociaciones con la Biblioteca Británica para cedérsela pero estas no prosperaron. <o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;">Además, el bibliómano no solo no consiguió leer ni una mínima parte de lo que había reunido sino que ni siquiera logró clasificarlo, lo que facilitó su dispersión. Después de la muerte de Phillipps, durante cinco décadas, su nieto se dedicó a vender lotes de libros a innumerables coleccionistas, bibliotecas, archivos y toda clase de instituciones. Y así los libros de Phillipps han ido circulando por el mundo hasta nuestros días. De hecho, la parte final de la colección fue vendida por Christie’s en junio de 2006.<o:p></o:p></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , "sans-serif"; font-size: 13.0pt;"> Dedicas por completo tu vida a reunir libros y te quedas en la quiebra y de paso arruinas a tus seres queridos para nada. Para que llegue un nieto y te venda el proyecto de tu vida. Si es que ya lo decía al principio: <b><span style="background: yellow; mso-highlight: yellow;">hay que estar muy loco para ser bibliómano</span></b>.<o:p></o:p></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #666666; font-family: "Open Sans", sans-serif; font-size: 18px; margin-bottom: 15px;">
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<div class="csl-bib-body" style="line-height: 1.35; padding-left: 2em; text-indent: -2em;">
<div class="csl-entry">
Fuente bibliográfica</div>
<div class="csl-entry">
GAMERO, ALEJANDRO, 2017. Thomas Phillipps, el hombre que intentó tener todos los libros del mundo. <i>La piedra de Sísifo</i> [en línea]. [Consulta: 23 febrero 2017]. Disponible en: http://lapiedradesisifo.com/2017/02/15/thomas-phillipps-el-hombre-que-intento-tener-todos-los-libros-del-mundo/. </div>
<span class="Z3988" title="url_ver=Z39.88-2004&ctx_ver=Z39.88-2004&rfr_id=info%3Asid%2Fzotero.org%3A2&rft_val_fmt=info%3Aofi%2Ffmt%3Akev%3Amtx%3Adc&rft.type=blogPost&rft.title=Thomas%20Phillipps%2C%20el%20hombre%20que%20intent%C3%B3%20tener%20todos%20los%20libros%20del%20mundo&rft.description=A%20diferencia%20de%20un%20lector%20cualquiera%2C%20incluso%20de%20los%20m%C3%A1s%20vehementes%2C%20el%20bibli%C3%B3filo%20%E2%80%92que%20a%20veces%20puede%20no%20ser%20lector%E2%80%92%20idolatra%20los%20libros%20m%C3%A1s%20...&rft.identifier=http%3A%2F%2Flapiedradesisifo.com%2F2017%2F02%2F15%2Fthomas-phillipps-el-hombre-que-intento-tener-todos-los-libros-del-mundo%2F&rft.aulast=Gamero%2C%20Alejandro&rft.au=Gamero%2C%20Alejandro&rft.date=2017-02-15"></span></div>
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http://lapiedradesisifo.com/2017/02/15/thomas-phillipps-el-hombre-que-intento-tener-todos-los-libros-del-mundo/<div class="blogger-post-footer">Rincón del Bibliotecario</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/10910925058918229848noreply@blogger.com0