1 mar 2013

El Libro…ese otro cuerpo secuestrado


Por: Carlos Cruz

Escenas del 26 de Febrero de 1977. El ministro de economía Martínez de Hoz se regocija, apoltronado en su sillón, por haber concretado uno de los instrumentos claves de su programa de destrucción del aparato productivo nacional; el dictado de la ley sobre entidades financieras (21.516). Mientras tanto, lejos de allí, Rodolfo Walsh va dando forma a la Carta abierta a la Junta, que piensa difundir cuando se cumpla el primer año del golpe cívico-militar. Durante el trayecto a la sede del rectorado, Luis Carlos Cabral repasa algunos de los cargos que obtuvo durante distintas dictaduras –su designación como juez penal, el nombramiento como miembro de la Corte Suprema y su asunción, el día anterior, como rector de la UBA– a la vez que evalúa la mejor forma de trasladar al ámbito educativo las políticas hegemónicas urdidas para armar un Poder judicial antidemocrático. Un oficial del ejército, conduce un grupo de hombres armados que irrumpen en el local de Eudeba (ubicado en Rivadavia y Montevideo) y con el beneplácito perverso de algún funcionario de la empresa, ante la impotencia de los empleados de la editorial, proceden al secuestro de libros previamente individualizados en una lista.
El memorándum interno del Ejército
El memorándum interno del Ejército
Entre los más de 30 títulos sustraídos –que totalizan cerca de 60.000 ejemplares– se encuentran obras diversas como; Medicina del Trabajo, Montonera y Caudillos en la Historia Argentina, Dependencia y Empresas Multinacionales. De esta manera, la violencia del régimen –en un nuevo intento por procurar acallar voces y cercenar el pensamiento crítico– se ejecuta sobre ese otro cuerpo portador de ideas: el Libro. El fuego de las hogueras de 1933 en la Pariser Platz realimenta entonces estas nuevas quemas que consumen libros expoliados de muchas editoriales argentinas.
Sin embargo, algunos de los libros sobrevieron en silencio, resguardados con celo o en la memoria de sus lectores. Otros, años después, fueron reapareciendo en las librerías. Así, de vez en cuando, se hacen presentes, asomándose desde los estantes de las bibliotecas. Incitándonos, una vez más, a dar testimonio de la tragedia.
Fuente: http://www.politicargentina.com/2013/02/el-libro-ese-otro-cuerpo-secuestrado/

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